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Actualizado: 13 de junio de 2025
Vuelvo la cabeza y me veo a la vizcondesa de Mazorca. ¡Pero vizcondesa! ¿es usted? Me informo de la salud del vizconde y de los niños y de buenas a primeras me dice con mucha gracia: «Araceli, por ser día señalado le regalo este bolsillito.» Miro el bolsillo y veo que es el mío, que había dejado olvidado sobre la silla.
¡Si todos fuesen como usted, señor de Maltrana! exclamó el devoto con cierto respeto . Usted es de los verdes, no crea que no le conozco; usted vive olvidado de Dios y su santa madre; pero tiene educación y no se burla de las cosas santas ni dice blasfemias. Usted es bueno, y llegará el día en que Dios le tocará el corazón.
Estuvo completamente consciente durante varias horas antes de morir. Se podía haber olvidado de ella. La memoria de los hombres decae a menudo en las últimas horas que preceden a la muerte.
Si se ha de decir la verdad, Amparo, naturaleza violenta, irascible, sin pizca de imaginación y de inteligencia limitadísima, habíase olvidado enteramente del desabrimiento que con la Socorro había tenido; le dirigía la palabra con la misma confianza y desenfado que antes.
En sus raras apariciones por Candore, el conde, movido por una especie de respeto involuntario, se había abstenido siempre de pronunciar el nombre de la empleada, a quien, por otra parte, había casi olvidado.
¿Y esa hermosa señora? dijo el conde de Olivares dirigiéndose al joven, y le dió la mano. Se viste en este momento, señor conde dijo don Juan. ¡Ah! de modo que dentro de poco se nos aparecerá un cielo. Os doy la enhorabuena, amigo, y veo que no me habéis olvidado. Hace tres días ignorábais... creo que ignorábais... Ciertamente, señor conde.
13 Y dejándolos, volvió a entrar en el barco, y se fue a la otra ribera. 14 Y se habían olvidado de tomar pan, y no tenían sino un pan consigo en el barco. 15 Y les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes. 16 Y altercaban los unos con los otros diciendo: Pan no tenemos.
Don Juan insistió: Pues dime que nos veremos. ¿Dónde? ¿Cuándo? ¡Cristeta, tú no sabes cómo estoy! Una vez..., te lo prometo...; quédate aquí, no me acompañes más..., y luego ten prudencia y no me sigas. Te obedeceré..., lo que tú quieras...; pero júrame que nos veremos pronto, que no me has olvidado por completo.
Nuestra arma es el derecho y la conciencia pura. Ahora, que cada uno tome un volumen de leyes y otro de estudios jurídicos. ¡Así! ¡Las trompetas al frente! Tocad la marcha de los maridos despojados. ¡Adelante! Pero no olvidéis cómo hay que avanzar. ¿Lo habéis olvidado? MARCIO. Bueno, os lo recordaré: dos pasos al frente y un paso atrás. Dos pasos al frente y un paso atrás.
Pero ya ve usted respondió Momo que no está en manos del Señor, sino a sus pies, como ofrenda. Y ¿con qué motivo? preguntó Stein. Don Federico dijo Momo abriendo tantos ojos , todo el mundo sabe eso. ¡Y usted no lo sabe! ¿Has olvidado que soy forastero? replicó Stein. Es verdad repuso Momo ; pues se lo diré a su merced.
Palabra del Dia
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