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Actualizado: 13 de mayo de 2025
Me... río; tenemos aún, quizá, ochocientas leguas que hacer y diez y ocho hombres que mantener; además, éstos deben ser los primeros, porque se hallan en estado de trabajar. Los que deja usted en la corbeta van a reventar como perros o a comerse los unos a los otros; porque mañana, pasado mañana... tendrán hambre. Me... río, ¡que revienten!
El de la derecha conduce a los Llanos, su patria, el teatro de sus hazañas, la cuna de su poder; allí no hay fuerzas superiores a las suyas, pero tampoco hay recursos; el del medio lleva a San Juan, donde hay mil hombres sobre las armas, pero incapaces de resistir a una carga de caballería en que él, Quiroga, vaya a la cabeza agitando su terrible lanza; el de la izquierda, en fin, conduce a Mendoza, donde están las verdaderas fuerzas de Cuyo a las órdenes del general Videla Castillo; hay un batallón de ochocientas plazas, decidido, disciplinado, al mando del coronel Barcala; un escuadrón de coraceros en disciplina que manda el teniente coronel Chenaut; milicia, en fin, y piquetes del número 2.º de cazadores y de los coraceros de la Guardia. ¿Cuál de estos tres caminos tomará Quiroga?
Siendo indispensable emplear un año entero en la ida y vuelta de estas espediciones, se prefiere llevar directamente por tierra del Rio Janeiro ó de Santos las mercadurías de valor; y aunque la distancia que se transita en mulas es de ochocientas leguas, la economía de tiempo no deja de ser considerable; de manera que las gariteas, estando reservadas solamente para el transporte de los efectos de mucho volúmen ó peso, no hacen sino tres ó cuatro espediciones por año del Pará á Mato-Groso.
La marquesa, desencantada por aquel dato realista, no quiso salir de su poética creencia; arguyó que tal vez los manzanillos de la India fuesen distintos de los del Brasil. Hablóse de las producciones de Méjico. ¿Es verdad que usted posee ochocientas mil vacas, Ballesteros? preguntó Clementina. ¡Oh, señora; eso es una exagerasión! A lo sumo que llegará mi rebaño es a tresientas mil.
Como última pincelada del cuadro que vamos bosquejando, merece ser copiado otro documento de los mismos curas de la mencionada iglesia de San Andrés en el cual decían: «que la dicha iglesia tiene vn cementerio en el qual se entierran cada vn año assí de la collación como del hospital del amor de dios, más de ochocientas personas y están sepultados de mucho tiempo más de cien mil christianos, en medio de dicho cementerio está puesta vna cruz grande de mucha veneración como lugar dedicado para lo sobre dicho por todo lo qual es lugar de piedad, emos hallado y visto muchas veces perros sacando parte de los cuerpos de los sepulcros y comiéndolos y los vecinos comarcanos no teniendo respecto á la decencia del lugar echan de noche mucha suciedad y inmundicia de sus casas en el dicho cementerio, lo cual parece muy mal y todo lo sobredicho nasce de estar el dicho cementerio descubierto y sin cerca ...» Pedían que la Ciudad lo mandase cercar.
Tendríamos, pues, de esta manera, aprovechando las indicaciones del mismo Lope, y distribuyendo el número de comedias entre los años transcurridos desde 1603, que corresponden más de cuarenta á cada uno. En el prefacio al tomo XI del Teatro de Lope se habla de ochocientas comedias, que compondrían trescientas diez y siete en nueve años, ó treinta y cinco en cada uno.
La entereza, constancia y resistencia de Echeloría habían de mover a todo esto, y a más, el ánimo generoso de Salomón. ¿Qué le importaba a este gran Rey una mujer más o menos, cuando tenía en su harén setecientas reinas, ochocientas concubinas e infinito número de princesas?
El rio está lleno de bufeos ó delfines de una clase muy estraña que habita constantemente en el agua dulce: su piel es rosada ó salpicada de pintitas. Es una cosa que sorprende realmente el encontrar estos animales á mas de ochocientas leguas del mar, cuando las especies conocidas viven siempre en los oceanos, ó solo suben á unas pocas leguas de la embocadura de los rios.
En parte me dio gana de reír, pero por no detenerme, que se me hacía tarde, le dije: -Señor, esta premática es hecha por gracia, que no tiene fuerza ni apremia, por estar falta de autoridad. ¡Pecador de mí! -dijo muy alborotado-, avisara V. Md. y hubiérame ahorrado la mayor pesadumbre del mundo. ¿Sabe V. Md. lo que es hallarse un hombre con ochocientas mil coplas de contado y oír eso?
Por manera que suma e importa la Datta Contenida en el unico pliego juntamente con las Resultas del Descargo del Sequestro y Confiscacion de Thereza Cortes V.ª de Honofre Aguilo relajada que fue por esta Inqq.on de Mallorca en la Complicidad de Judaismo que se sucito en el año de 1688 ochocientas y Cinquenta y Cinco libras onse Sueldos y ocho mrs.
Palabra del Dia
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