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Actualizado: 4 de mayo de 2025
En obsequio de la imparcialidad, no puedo menos de recordar lo que llevo dicho en la nota tercera al libro tercero, sobre las explicaciones con que el filósofo aleman procura rechazar estas consecuencias. Allí puede ver el lector las mismas palabras de Kant; y dejo á su buen juicio el fallar sobre la solidez de la defensa.
Sin ese airecito reservado y dulce que ha inaugurado, sin duda en obsequio del señor Baltet, se hubiera ganado algunas observaciones de la abuela o de la de Ribert; pero nadie ha dicho nada, en consideración a un esfuerzo tan meritorio. El mismo señor Baltet escuchaba con gusto lo que decía Francisca.
Las provincias litorales, después de un largo sufrimiento de humillaciones muy marcadas en obsequio de la paz, y de haber perdido todas esperanzas de una reconciliación fraternal y benéfica que consultase la libre existencia de todas, han puesto en acción sus recursos para guardar sus libertades y salvar las vuestras.
Tan avasallador es para él el deber de la sumisión al Monarca legítimo, que hasta las leyes del honor han de ser sacrificadas en su obsequio.
Después se venía hacia el prado de los nogales o Nozaleda, donde todos se reunían. Pablito no infringió un ápice el programa. Compró más de una docena de pucheros de leche y gran cantidad de bizcochos, con que obsequió a sus conocidas. Luego retozó con ellas largamente, haciendo rodar a varias por el prado y tirándose él mismo en medio del entusiasmo general.
Tomó de una silla un paquete que había traído recatadamente envuelto en un pañuelo, y desdoblándolo, mostró la tela a la luz del velón. Ambas mujeres admiraron aquella hermosura; la calificaron de divina. Los ojos y el alma se les iban en pos de la tela. En suma, no pudieron resistir y aceptaron el obsequio. Juana quiso mostrarse más difícil y Juanita tuvo que ceder y que aceptar antes que ella.
«Es verdad le dijo , y esto aumentaba mis remordimientos. No tenía más remedio que hacer en obsequio suyo lo que no habría hecho por otra. Ponte tú en mi caso, figúrate que eres yo, y que te ha pasado todo lo que me ha pasado a mí.
Pues ya que no pueden ustedes beber insistía el señorito con la pesadez del ebrio yo la beberé por ustedes. ¡A la salud de los hombres guapos!... ¡Muera la pillería! Un grupo de guardia civil atrajo su atención en una bocacalle. El sargento que lo mandaba, un viejo de bigote duro y entrecano, tampoco admitió el obsequio de Dupont.
Dejé, como fray Gerundio, los estudios y me metí a predicador; es decir, me hice militar en obsequio de la patria. En la campaña perdí la carrera, la paciencia y un ojo; y las circunstancias me dejaron tuerto y capitán: sabe el cielo que para ninguna de estas dos cosas servía.
Nada sacó en limpio Isidora de las diligencias de aquella tarde, sino un nuevo gasto en coches y tranvías. Acompañábala D. José Relimpio, el cual mostró tales deseos de fumar, que Isidora, sensible a esta necesidad como a todas, le obsequió con un paquete de puros de a medio real.
Palabra del Dia
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