United States or Japan ? Vote for the TOP Country of the Week !


No nos formamos idea fija de nada corpóreo, no tenemos regla para nada en el mundo sensible, carecemos de toda medida, andamos á ciegas, si no tomamos por norma la extension. Las proposiciones que acabo de establecer no expresan mas que hechos: bastará consignarlos, para que resulten demostradas aquellas. Esto es evidente.

La disciplina eclesiástica estaba relajada; los altos dignatarios daban muy funesto ejemplo; las cosas santas no eran ya respetadas; en las relaciones internacionales habia sucedido á la sinceridad y franqueza la diplomacia; desaparecian lentamente las gerarquías sociales; violábase la del juramento, grande y solemne garantía de la edad media; el interés personal, el egoismo, eran la norma de los pueblos y de los reyes; todos estos elementos de disolucion reunidos minaban el órden social, y anunciaban grandes catástrofes.

En esta ocasión, como en otras muchas de este libro, advierto á mis lectores escribo muy en serio, llevando por norma la pura verdad. Hago esta salvedad, por juzgarla muy oportuna antes de decir lo que conservo en mi memoria y en las notas de mi cartera. Lucban tiene 12.247 habitantes, que son otros tantos artistas. El oro, la plata, el acero y el hierro los manejan á la perfección.

Yo me paro a pensar si todo esto será estudiado; si esta Pepita será una gran comedianta; pero sería tan perfecto el fingimiento y tan oculta la comedia, que me parece imposible. La misma naturaleza, pues, es la que guía y sirve de norma a esta mirada y a estos ojos.

Cualquiera imparcialmente juzgando estará por las primeras, porque la esperiencia en todos tiempos y edades se ha dicho y se dice, es la maestra, la norma y mejor regla, casi infalible, de hacer las reformas con mucha probabilidad, por no decir certeza, del asegurar felices resultados y el acierto en todo; al paso que las teorías siempre han causado daños, y algunos de imposible resarcimiento.

Y pensó, sin querer, en medio de sus angustias, que no podemos figurarnos ni describir los que no pasamos por ellas: «Esto es lo que en las tragedias se llama la catástrofe». Y más pensó, a pesar de lo apurado de la situación: «En las óperas podemos decir que también hay catástrofes»; y se acordó de la Norma, que era su mujer; y de Adalgisa, que era la tiple; y de Polión, que era él; y del sacerdote, que era Nepomuceno, encargado sin duda de degollarle a él, a Polión.

Su mujer se reía de la facilidad que tenía para llorar. La música era su pasión más viva. Para él no había placer comparable a escuchar en una delantera del paraíso del teatro Real con su hija Carlota, aficionada también a la música, la Sonámbula o la Norma, o cualquier otra ópera del género dulzón y pegajoso.

Y por último, les recomendé á los comisionados que dijeran á los vecinos de Manila se ocuparan en sus industrias y comercios, pudiendo estar tranquilos con respecto al Gobierno nuestro, cuya norma de conducta era la rectitud y justicia, pues no teníamos frailes que corrompan aquellas virtudes cívicas, que el Gobierno filipino procura ostentar ante los ojos de todas las naciones.

Yo fuí en un tiempo ido fanático creyente que sólo profesaba católica doctrina, teniendo como norma la ley omnipotente, teniendo como pauta la voluntad divina. Después, el golpe rudo de un brusco desengaño mostróme cuán amarga es la verdad desnuda, y uniendo con lo cierto el dolo de un engaño plasmé nuevas ideas, y germinó la duda.

Por eso, sin duda, los exégetas llaman a Bautista el precursor, pues fué el que dió la primera norma de todo buen cristiano, por medio de esta ablución que había de limpiarnos del pecado de haber nacido.