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Actualizado: 31 de mayo de 2025


Esos proyectos los tuve replicó Salvador con firmeza . No fui a los Cigarrales con otro objeto. Detuvo D. Benigno su voz y sus manos, como alelado, y preguntó: ¿Y ella? No quiso oírme. Mi situación al salir de los Cigarrales era bastante desairada. ¿Y después? He pensado que por negligente y confiado perdí la partida. ¿Y qué hay en usted ahora? Resignación. De modo que si yo no existiera....

Avanzaba con mano negligente una columna de doce fichas rectangulares rematada por otra oval: doce mil quinientos francos, la cantidad máxima que puede arriesgarse al «treinta y cuarenta». El público, con la idolatría que inspiran los vencedores, se interesaba por la duquesa, como si cada uno esperase participar de sus ganancias. Todos presentían su triunfo.

A esas horas del día la toilette de don Narciso era negligente; pero daban las cuatro, y, no bien había entrado el gallego cuotidiano con las viandas, don Narciso se engolfaba en los antros profundos de la trastienda, sacaba del interior del mostrador un pan de jabón de España, se lavaba con él, en un lavatorio cojo de hierro con pies de sátiro, y a la luz de un cabo de vela, se acariciaba el cuello y la pechera de la camisa para quitarles el aspecto marchito que la labor del día les había impreso; tomaba el peine desdentado de su uso y se peinaba sin agregar otra pomada a sus ensortijados cabellos que un poco de goma de membrillo elaborada por él mismo para su uso particular.

9 También el que es negligente en su obra es hermano del gran desolador. 10 Torre fuerte [es] el nombre del SE

Si el movimiento de las gentes que circulan en la calle es curioso en un sentido, el de las que hormiguean bajo las arcadas y visitan las tiendas no es ménos entretenido Allí se codean: el indolente y espiritual frances, haciendo comentarios que revelan su eterno buen humor; el inglés vestido como un dandy, grave, tieso, altivo, maravillado de todo lo que ve, pero muy reservado en sus manifestaciones el aleman de las ciudades, locuaz hasta el prodigio, armado de su enorme pipa de porcelana y tubo de madera por donde arroja torrentes de humo, descuidado, brusco y casi primitivo en sus maneras, pero bondadoso y amable hasta hacerse perdonar sus toscos modales; la bernesa elegante, de rubia y hermosa cabellera, pero de fisonomía poco expresiva y belleza muy dudosa; en fin, el negociante activo, negligente en el vestir y preocupado solo con sus compras ó ventas.

Decir que estos manjares elegidos no le hicieron efecto, sería negar la evidencia y blasfemar de las comidas regaladas. M. L'Ambert adquirió en poco tiempo hermosos mofletes rojos, un pescuezo muy digno de cualquier ternero apoplético y una respetable panza. Pero la nariz parecía una especie de socio negligente o desinteresado, que no se ocupa en cobrar sus dividendos.

Recordé el inmenso cuidado que había tenido con esa bolsita que yacía vacía sobre la mesa, y la negligente confianza con que me la había mostrado esa noche en que no era más que un vagabundo sin hogar que andaba recorriendo los caminos en busca de los molinetes. Mientras la tenía en su mano mostrándomela, había visto brillar sus ojos con una luz viva de esperanza y anticipación.

Palabra del Dia

rigoleto

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