United States or Barbados ? Vote for the TOP Country of the Week !


El Hombre-Montaña levantó una mano y, antes de que los aviadores lograsen enviar de nuevo su lazo metálico, asestó á la máquina una pedrada certera. El ave mecánica se desplomó herida, flotando algunos momentos sobre la copa azul del puerto, mientras las matronas reservistas se salvaban á nado.

Sorprendida su embarcación en alta mar por los piratas berberiscos, se acrecentaron sus sufrimientos bajo el yugo bárbaro de su nuevo amo; pero llegados á un puertecillo africano, el indomable barón halló modo de matar al capitán pirata en la barca que á tierra los conducía y arrojándose después al agua seguido de Simón ganaron á nado la tierra y tras mil penalidades lograron embarcarse en la galera que acababa de llevarlos á Inglaterra, no sin rico botín arrebatado con astucia á sus crueles enemigos.

Pues en la Variante se cuentan las cosas de otro modo: Hero visitaba a Leandro, no pasando el Helesponto a nado, sino en un barquichuelo, y a la vela. Un día se le puso el esquife quilla al sol, y Leandro, que lo presenciaba, se arrojó al mar y sacó a Hero medio asfixiada y hecha una sopa. En aquella soledad no había con qué socorrerla.

Ya se lo decía siempre al superior gritaba el fraile . Prevenga al señor obispo de que el condenado está a su servicio, y así él obrará en consecuencia. Nada... él ha querido ocultárselo, y he aquí lo que ocurre. Y dirigiéndose al gitano, le preguntó con inquietud: ¿Por qué haces alejar tu embarcación? ¿es que tendremos que abordarla a nado? ¿Y de qué nos serviría la embarcación ahora padre mío?

Todos los cabos del promontorio le inspiraban el deseo de doblarlos á nado, como los delfines; todas las bahías y ensenadas necesitaba medirlas con sus brazos, como un propietario que duda de la mensura ajena y la rectifica para afirmar su derecho de posesión.

Atento primeramente á la seguridad de la familia, elige para situar sus poblaciones los puntos pantanosos de la playa, en la que vive con toda comodidad , pero rodeado siempre de precauciones, importándole poco la vecindad de las aguas, que para el moro, criado en ellas, la cosa más natural y más sencilla es el paso á nado de cualquier río por ancho y caudaloso que éste sea.

No muchos, mi querido amigo, porque yo me voy dentro de ocho y no quiero dejarlo a usted a mi retaguardia. Su confianza de usted me encanta... ¡Pero, en fin, sea! me iré con el próximo vapor que sale del Havre... porque, francamente, no puedo hacer el viaje a nado... Vamos, ¿quiere usted que le mi palabra? No estaría de más. Está dada.

Pasada la selva, se encuentra otra calzada casi tan larga y bien construida como la primera, luego algunos boscages, y finalmente una llanura, anegada en partes, que conduce hasta el rio Blanco. Pásase este en canoas, despues de haber hecho pasar á nado los caballos, que muchas veces suelen ahogarse espantados por los caimanes, tan abundantes en todos aquellos rios.

En un abrir y cerrar de ojos, por un movimiento de ascensión, saltando del fondo con un empuje del pie y un esfuerzo de los brazos, salimos á la superficie; pero, al menos yo, no ceso de agitarme como para librarme del escozor que el agua helada me produce: nado á la desesperada igual que si luchara contra una corriente amenazadora.

Este ogro atravesaba todas las noches el río a nado, apoderábase de una res cualquiera, y se la devoraba viva, ¡se la tragaba íntegra!... Y lo peor del caso era que, cuando no encontraba reses sino «cristianos», tragábase lo mismo a los «cristianos». De otro modo no podría explicarse la súbita desaparición de dos o tres peones que vigilaran nocturnamente en los campos ribereños la hacienda, por orden de sus dueños.