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Ambos tienen una forma oblonga y como una legua de diámetro á lo mas. Es muy esquisito el pescado que se saca de ellos; pero la multitud de caimanes estorba mucho á los pescadores. Encuentrase todavía, en las cercanías de la mision de San-Joaquin, otro lago de la misma dimension que el anterior y que tambien contiene pescados en abundancia.

La brisa falta enteramente; el cuervo y la garza pescadora, esos huéspedes del desierto, aparecen solos; los caimanes, reproduciéndose increiblemente, forman como palizadas sobre las quemantes playas, y el bosque no produce sino emanaciones de muerte en lugar de perfumes. Allí no existe casi la vida, que es el movimiento reproductor del bien.

Caimanes y cocodrilos vienen a ser lo mismo. ¡Otra barbaridad! ¿Dónde has aprendido eso? Hombre, es de clavo pasado. El caimán y el cocodrilo no se diferencian más que en el nombre. Aquí está don Lorenzo que ha viajado, y puede decir si no es verdad. El caimán es algo más pequeño expresó don Lorenzo con sonrisa conciliadora. El tamaño es de poca importancia.

Se ha hecho el cálculo que, si todos los huevos de bacalao que anualmente ponen las hembras de esos antipáticos animales, se consiguieran, la sección entera del Atlántico comprendida entre la América del Norte y la Europa, se convertiría en una masa sólida. Otro tanto podría suceder en el Magdalena con los caimanes.

Parece que antes, el río como el lago, estaban infestados de caimanes, tan enormes y voraces que atacaban á las bankas y las hacían zozobrar de un coletazo.

En los ríos y mangles que rodean á Pitogo, viven caimanes de extraordinarias proporciones. La cacería del caimán ó sea la buaya, como le llama el indio la verifican de una forma muy cómoda y sencilla.

Los viejos del país, que saben adivinar la edad de los caimanes, le atribuían unos cuatrocientos años. Tal vez había visto de pequeño cómo los primeros españoles remontaron el río en sus naves de velas cuadradas con leones y castillos pintados. Allá está «el Tatita» decían los del hierbal.

¡Oh laguna que encarnas las grandezas de Lipa, pueblo de ardientes niñas y buen vino de nipa cuando cruzo tus aguas mi dolor se disipa y hasta siento que el pueblo de Rizal se emancipa! Moran en tus entrañas la ira de cien volcanes, moluscos, peces raros, gigantescos caimanes, y acaso el polvo inerte de bravos Solimanes que en desiguales luchas cayeron cual titanes.

Pasada la selva, se encuentra otra calzada casi tan larga y bien construida como la primera, luego algunos boscages, y finalmente una llanura, anegada en partes, que conduce hasta el rio Blanco. Pásase este en canoas, despues de haber hecho pasar á nado los caballos, que muchas veces suelen ahogarse espantados por los caimanes, tan abundantes en todos aquellos rios.

Marchaban días, semanas, meses, por la llanura casi líquida. Dormían sobre troncos caídos, teniendo que espantar en mitad del sueño la vecindad de los caimanes. Guisaban su alimento sobre un trípode de ramas, devorando con fango hasta el pecho el ave acuática o el lagarto mal chamuscados. Un paso en falso les bastaba para desaparecer.