Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 12 de junio de 2025
Las golondrinas surcaban el aire, y por las noches, cuando los vencejos cesaban de perseguirse lanzando agudos chillidos, salían los murciélagos, y aquel raro enjambre que parecía resucitado en las cálidas noches, comenzaba su incierto revoloteo en derredor de las viviendas. Desde que comenzaba la recolección del heno la vida del campo era de constante fiesta.
La dama dio un chillido, y una nube de espeso polvo se desprendió al mismo tiempo, y dos murciélagos salieron de entre los pliegues del brocado y comenzaron a revolotear de una a otra parte. ¡Germán! gritó Currita muerta de miedo.
A medida que avanzaba el tiempo, iban siendo más numerosas y frecuentes las voces iracundas que votaban y renegaban. No se sabía la garganta de donde salían; atravesaban el espacio a modo de murciélagos cegados por la luz deslumbrante. El olor de los perfumes y el vino se iba haciendo más fuerte e impedía la respiración, como si el aire que impregnaba huyese de las bocas, ávidamente abiertas.
Por una puerta de cuarterones, apolillada, con la cerradura roñosa, se salía a una galería llena de nidos de murciélagos y de golondrinas. Al final había una bóveda con ventanas pequeñas en las gruesas paredes. Esta bóveda estaba ocupada por varios bustos de personajes antiguos, mutilados, y por una serie de relojes de pared de todos los tamaños, parados y la mayoría rotos.
Sentí que el rubor que revela a los culpables, me invadía de improviso la cara; me parecía que su mirada penetraba hasta el fondo de mi alma... Por la tarde fui a buscar un libro a mi cuarto, cualquiera que fuese, el primero que me vino a la mano, y traté de leer, pero las letras bailaban delante de mis ojos y la cabeza me zumbaba: se habría dicho que mil murciélagos se recreaban en él.
D. Gabriel añadió alzando la voz qué hendidura tan grande es esa que hay en el techo? Inés, si es verdad lo que me dices, dímelo otra vez, y alza la voz. Quiero que lo oigan doña María, D. Diego y los murciélagos. Calla; por haber estado tanto tiempo sin verme, merecerías... a ver, ¿que merecerías?
Los murciélagos revoloteaban en las encrucijadas de las columnas, queriendo prolongar algunos instantes su posesión del templo, hasta que se filtrase por las vidrieras el primer rayo de sol. Pasaban volando sobre las cabezas de las devotas que, arrodilladas ante los altares, rezaban a gritos, satisfechas de estar en la catedral a aquella hora como en su propia casa.
Los murciélagos revoloteaban en las encrucijadas de las columnas, queriendo prolongar algunos instantes su posesión del templo, hasta que se filtrase por las vidrieras el primer rayo de sol. Pasaban volando sobre las cabezas de las devotas que, arrodilladas ante los altares, rezaban a gritos, satisfechas de estar en la catedral a aquella hora como en su propia casa.
Nela, tú no sabes que yo tengo mucho talento. Lo siento aquí dentro de mi cabeza, haciéndome burumbum, burumbum, como el agua de la caldera de vapor.... Como que no me deja dormir, y pienso que es que todas las ciencias se me entran aquí, y andan dentro volando a tientas como los murciélagos y diciéndome que las estudie.
Especie de mono alado, que puede considerarse como murciélago de gran tamaño; su vuelo es corto; es bastante apreciado por su piel, cubierta de pelo sedoso de muy variados colores. Paniques. Murciélagos de gran tamaño, muy abundante en las islas; hay una variedad que hace sus correrías durante el día; son de carne fina, apreciadísima por el indio.
Palabra del Dia
Otros Mirando