Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de julio de 2025
La liberalidad de la hermosa Sulpicia se mostró conmigo y con los míos extremada, y la cortesía de Cratilo le corrió parejas. Los doce pescadores que trujo consigo Sulpicia estaban ya ricos, y los que conmigo se perdieron, estaban ganados.
Julián aceptó la comisión, y entonces el señorito mostró remordimientos o escrúpulos de habérsela encomendado. Mire usted advirtió que allí se necesitan muchas agallas.... Primitivo es hombre de malos hígados, capaz de darle a usted cien vueltas.... Dios delante. Matar no me matará.
Un grito de alegría resonó por todas partes: el alcalde y el cura se levantaron para ir al encuentro del joven; la madre de Carmen se mostró muy inquieta, y ésta se puso a temblar, cubriéndose su rostro de una palidez mortal.... Vamos, niña, le dije, tranquilícese Vd.; debe tener el corazón como una roca ese muchacho si no se muere de amor delante de Vd.
Haciéndole penetrar en una estancia contigua a la cuadra del baño, levantó el extremo de un tapiz colgado del muro y una anchurosa abertura mostró el cuadro resplandeciente y profundo de la dehesa y las montañas. Dicha abertura había sido cavada en el mismo escarpamiento. Desde abajo, era imposible descubrirla; dos grandes peñascos la ocultaban. Sin embargo, el acceso no era difícil.
Con lo cual mostró dos sendas en el bosque que iban á dar al pueblo, diciéndonos que, cuando él hiciese fuego dentro de él, habiamos de envestirle.
En efecto; pocas horas después buscó el conde a Poldy, la llevó de nuevo a la biblioteca, y con aire de triunfo le mostró los versos ya traducidos. No se qué pensar, dijo a su hermana.
El Palacio de Gobierno erguía su fachada churrigueresca, del otro lado de la plaza, también obscuro y silencioso, como la Bolsa. Al pasar, Agapo le mostró los puños.
La familia, consternada, apenas si mostró extrañeza por la presentación de estas dos mujeres en aquella casa donde nadie había entrado durante seis meses. Querían ver el niño, el pobre albaet; y entrando en el estudi, le contemplaron todavía en la cama, el embozo de la sábana hasta el cuello, marcando apenas el bulto de su cuerpo bajo la cubierta, con la cabeza rubia inerte sobre el almohadón.
«Diga ella lo que diga, ¡adelante! pensó . Necesito verla, aunque sea para recibir insultos.» Y fué avanzando con lentitud por los caminos de la estancia. De pronto su caballo se mostró inquieto, avivando el paso y deteniéndose á continuación, como si pretendiera encabritarse.
Con esto dejó de ir al Molino, se mostró seco con Tomás cuando le hablaba; por último, un día le negó el saludo.
Palabra del Dia
Otros Mirando