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Actualizado: 23 de mayo de 2025


Todo lo cual parece haber persuadido que los conatos y desvelos de nuestros católicos monarcas en proyectar y promover estos establecimientos, han sido efectos de un profundo conocimiento y estudio sobre la religion y la política; que estas dos bases de todo Gobierno ilustrado y cristiano, fueron el fundamento de las expediciones de Sarmiento.

La historia de nuestra ciudad ofrece innumerables testimonios de su esplendidez; ya cuando se trataba de recibir monarcas y personas reales, ya en los convites que celebraba para solemnizar acontecimientos gloriosos, ya al cumplir con los preceptos ineludibles de la hospitalidad, si se trataba de extranjeros.

Y en este apuro, cuando veía su empresa próxima al fracaso, Martín Alonso Pinzón, el rico de Palos, el armador, que podía descansar para siempre de las penalidades del Océano, se ofreció con gallardo arranque a interesarse en la expedición y aventurar en ella parte de sus bienes, la mitad de lo que habían dado los monarcas.

Yo le mando á V. R. respondió el P. Zea que no haga mudanza ninguna en su vestido y deje que yo me goce en esta pobreza, de que hago más aprecio que de cuantas púrpuras visten los monarcas y emperadores. Todos los muebles de su aposento eran una red, ó como aquí llamamos, hamaca, para dormir, sin colchón ni almohada, unos cuantos libros devotos y un Santo Cristo.

Algunas veces los monarcas reedificaban á su costa estas cosas y adornaban sus templos con columnas, mármoles y jaspes; pero es preciso llegar al siglo X por lo menos para hallar documentos en que se conceda á los monasterios jurisdiccion feudal sobre las villas y pueblos del contorno.

Fundándose, pues, en graves razones que se tuvieron muy en cuenta, las Cortes celebradas en 1586 prohibieron que las mujeres fuesen tapadas «por los inconvenientes que de esto resultaba» mas como quiera que tal prohibición poco ó nada llegó á cumplirse, Felipe II dió una pragmática en igual sentido en 1594 y Felipe III otra en 1614, que dicho sea de paso y aunque contrariara á los monarcas y á sus justicias, no consiguieron desterrar el uso del manto, ni mucho menos, de los dominios españoles.

En otros días pintaba el Padre Ambrosio el esplendor y la magnificencia de la corte de León X, a quien rendían tributo todas las naciones y prestaban respetuoso homenaje los más altos príncipes y poderosos monarcas. Dábale esto ocasión para ensalzar al pueblo y a los soberanos de España, que pasmosamente cumplían su misión de dilatar por el mundo el imperio de la fe cristiana.

2 Elegir el enemigo, de D. Agustín de Salazar y Torres. 3 El arca de Noé, de D. Antonio Martínez, D. Pedro Rosete y D. Jerónimo Cáncer. 4 La luna de la Sagra, Santa Juana de la Cruz, de D. Francisco Bernardo de Quirós. 5 Lavar sin sangre una ofensa, de D. Ramón Montero de Espinosa. 6 Los dos monarcas de Europa, de D. Bartolomé de Salazar y Luna.

Se necesita ser ciego para no ver el poderío de estos monarcas mundiales, cuyos abuelos fueron leñadores, barqueros o míseros prestamistas. Antes, los conductores de pueblos hacían la guerra a su capricho o por desavenencias de familia, siempre que les daba la gana.

Tambien deberá acordarse de que cuanto posee lo debe á la generosidad de los Monarcas Españoles. Nuestro Señor, &c. No lo hemos hallado en el borrador autógrafo del Señor Azara. El editor Sobre la demarcacion. Exmo. Señor: Asumpcion, 30 de Abril de 1793. Para que llegue á V. E. sin lesion el mapa que he hecho del rio Paraguay, lo al alferez de fragata D. Anselmo Bardaxí, que salió para esa.

Palabra del Dia

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