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Actualizado: 13 de mayo de 2025


Nunca los hombres han visto ni oido cosa semejante. Para colmo de infortunio, este mismo año sufre Mohammed una gran derrota en sus huestes toledanas y cordobesas que le obliga á solicitar la paz del rey leonés.

Mas internado en la Sierra, pero en la misma direccion norte de la ciudad, y á dos leguas escasas de esta, alzábase antes de la cruel persecucion de Mohammed, entre quebrados montes y bosques seculares, otro monasterio, tambien mixto, celebérrimo en toda la cristiandad como glorioso gimnasio de mártires, del cual se escribe que era tal su fama, que de fuera de España acudian gentes á visitarlo.

Los siguientes, que pertenecen á la época de las guerras civiles del Califato, y reyes solo en el nombre, nada al parecer hicieron en este templo. Puede sin embargo interesar al lector su sucesion. Despues de Hixem II, destronado en marzo de 1009, subió al trono Mohammed II, que reinó hasta noviembre del mismo año.

Leocricia, discípula de S. Eulogio y su compañera en el martirio, hasta que sus reliquias fueron llevadas con las de su insigne maestro á la Cámara Santa de Oviedo por el presbítero Dulcidio, enviado espresamente por el rey D. Alonso al califa Mohammed para este objeto. Ultimamente la de Sta.

Su hijo Mohammed ocupa el trono: para él y para todos sus consejeros son tambien meras coincidencias casuales las señales tremendas con que el Omnipotente ha hablado á los opresores.

Acaeció este hecho memorable el año 883 con motivo de la irrupcion que hicieron en los dominios cristianos los ejércitos sarracenos, bajo el califato de Almundhyr, cumplida la tregua pactada entre D. Alfonso y Mohammed.

Sea el primero esa como marca ó señal gloriosa que parece providencialmente conservada en ellos para que puedan en todo tiempo ser reconocidos; á saber, el desmoche ó demolicion de sus torres acaecido bajo las sangrientas persecuciones de Mohammed, hecho singularmente notable que S. Eulogio testifica en dos de sus obras.

Aquel mismo dia fué Mohammed á la mezquita á la hora de la azala, y hallándose en ella arreció la tormenta: ya el trueno y el relámpago se percibian juntos, y á poco con horrísono estruendo cayó un rayo en el soberbio edificio de Abde-r-rahman I, sobre la alfombra misma en que oraba el sultan, dejando instantáneamente sin vida á dos personas de su comitiva . ¡Justo castigo del cielo! pensarian espantados algunos de los cristianos ocultos, que por temor de la persecucion fingian seguir de grado la vida y costumbres de sus opresores . ¡Allah está por el sultan! prorumpirian los muslimes mas fervorosos al ver que el rayo habia dejado ileso á Mohammed matando á su mismo lado á dos hombres. ¿Dirán estos lo mismo cuando lleguen á la envanecida corte las tristes nuevas de calamidades mayores?

Pone en manos de este el enviado sus credenciales , y en seguida el faquíh Mohammed ben Abdi-l-barr, elegido por Al-hakem al efecto como orador eminente por su ingenio y elocuencia, empieza una pomposa arenga que tiene preparada sobre el poderío y esplendor del imperio de An-nasír y la consolidacion del califado cordobés bajo su reinado.

La descripcion mística de los siete cielos, cuyas maravillas fueron reveladas al Profeta en su viaje nocturno sobre el Borak, puede leerse en la Exposicion de la musulmana de Mohammed Ben Pir Alí, traducida últimamente al francés por M. Garcin de Tassy. Véase la nota 2.ª de la página 72.

Palabra del Dia

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