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Pero aquella prosperidad acabó, y hubo muchas causas para que así sucediese: primero la devastadora furia con que pusieron fin al Califado cordobés las guerras intestinas de las razas musulmanas agolpadas en Andalucía; luego el crecimiento del poder castellano, que despues de la conquista de Toledo hizo de la tierra septentrional de Córdoba pais de frontera, y por consiguiente de molesto y peligroso vivir; luego causas generales que paulatinamente fueron predisponiendo la opinion nacional contra las poblaciones de origen islamita; por último la pésima administracion de la casa de Austria, que esquilmando á los pueblos para sostener descabelladas empresas militares y cegándoles al propio tiempo todas las fuentes de la pública riqueza, que era lo mismo que ordeñar la vaca sin darle pasto, abrumó á los montañeses de Córdoba con alcabalas y tributos que no bastaban á satisfacer sus ya escasos provechos.

Contempladlos, y os convencereis de que los edificios de que formaron parte solo han podido pertenecer á la época mas floreciente y á la poblacion mas famosa del Califado andaluz.

Aspecto general de estas construcciones, y de la vida monástica en los siglos IX y X: 367. Cuadro de la gran persecucion que sufren las iglesias y monasterios en Europa de parte de los bárbaros del norte y de los sarracenos: destruccion de los templos y monasterios de Córdoba: 379. Renuévanse las persecuciones al acercarse la hora postrera del Califado: dispersion y cautiverio: 384.

Decadencia del arte arábigo en tiempo de Almanzor: ensanche dado por éste á la Mezquita: la tribuna de la Alicama: la cámara de la limosna: 190. Crecimiento progresivo del Estado y del arte en la España cristiana: hechos que preludian la caida del Califado cordobés: 207. Conquista de Córdoba por S. Fernando: 214. PARTE SEGUNDA. Ereccion de la Mezquita en Catedral. 218

Propensos á poetizarlo todo con misteriosos orígenes, sus escritores en la edad media le supusieron obra de los mas remotos tiempos, descubierta casualmente por un antiguo rey, de esos que como los de los cuentos de las nodrizas no tienen nombre ni época en la historia . Pero el diligente y verídico Ibnu Bashkuwal, que le vió en la época mas brillante del califado, nos á entender que se juntaban en él reliquias arquitectónicas de cuantas gentes habian dominado la Andalucía desde los persas y griegos.

Ya hemos tenido alguna vez ocasion de advertir que la prohibicion alcoránica de aplicar las artes plásticas á la representacion de seres animados se infringia muy á menudo en esta época tan brillante del califado.

Cuando el santo rey tomó á Córdoba no quedaban ya en pié mas que los muros de un alcázar que tantos tesoros habia contenido, teatro de los mas gloriosos acontecimientos del Califado de Occidente y testigo de una prosperidad que habia de parecer fabulosa narrada por la historia.

El lector juzgará ahora en vista del desempeño de nuestra tarea, si hemos hecho bien en estendernos tanto en consideraciones sobre las instituciones islamitas y sobre la historia general de la arquitectura, que nos parecieron indispensables para apreciar debidamente el espíritu y significacion de la grande obra que simboliza todas las glorias del Califado.

Pone en manos de este el enviado sus credenciales , y en seguida el faquíh Mohammed ben Abdi-l-barr, elegido por Al-hakem al efecto como orador eminente por su ingenio y elocuencia, empieza una pomposa arenga que tiene preparada sobre el poderío y esplendor del imperio de An-nasír y la consolidacion del califado cordobés bajo su reinado.

Probablemente estarian desiertos y abandonados aquellos hermosos palacios, y sus antes deliciosos jardines yermos y convertidos en madriguera de alimañas. ¡Los bereberes habrian despojado sus lujosos pabellones, robado todas sus riquezas, destrozado aquel artificioso estanque de líquido mineral, aquellos tronos de oro y pedrería, aquellas fuentes de bronces y mármoles, aquellos baños voluptuosos, aquellos artesonados de oro, mármoles trasparentes y maderas incorruptibles, aquellas arcadas de ébano y marfil, aquellas costosas alfombras, aquellos doseles de brocado!... Muchos cercos sufrió la antigua sede del Califado andaluz desde D. Alfonso VI hasta S. Fernando en poco mas de cien años, y en este tiempo no hallamos que hicieran aprecio alguno de la desolada y desierta Medina-Azzahra ni los almoravides, ni los almohades sus impetuosos sucesores.