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Actualizado: 11 de mayo de 2025
Por dos veces ò tres se han carteado, Y en breve se ha forjado la maraña: Lo que Abrego con ellos ha tratado No sé decir, que usò siempre de maña. Una noche con cartas han llegado, Y al punto con tirana y cruda saña Prendieron al teniente, y
Mejor fuera dijo don Cleofás que le hubieran llevado sin desatar en el capullo de su dinero, porque no le sucediera ese desaire, pues que cada estranjero es un talego bautizado ; que no sirven de otra cosa en nuestra república y en la suya, por nuestra mala maña.
Pitum y Corací, como los vieron Salir con tal esfuerzo y gallardía, Con rabia y con furor arremetieron, Y las picas calaron á porfia. Los gallardos mancebos acudieron Con tal ardid y maña y osadía, Que traban en un punto tal batalla Que Marte no cansára de miralla.
Es este precioso signo del comercio más grato a la codicia de los hombres que lo fue el maná al paladar de los israelitas, porque al fin éstos se cansaron de él, y el dinero a nadie ha cansado hasta ahora.
Es una pinturera, eso sí, y me enreda mucho. Como que nació y se crió entre mujeres malas, que la enseñaron a fantasiar y a ponerse polvos en la cara. Cuando va por la calle, hace unos meneos con el cuerpo que... ya le digo que la deslomo, si no se le quita esa maña... ¡Ah!, ¡verás tú, verás, bribonaza!
Sus barruntos tuvo éste de que el hermano lego no era tan pobre de solemnidad como las reglas de su instituto lo exigían; y dióse tal maña, que el padre Carapulcra llegó a confesarle en confianza que, realmente, tenía algunos maravedíes en lugar seguro.
El autor debe decir, que tal maña se dió Quevedo, que curó á los dos esposos completamente, á él del recuerdo de Dorotea, á ella de sus celos. Atemos los últimos cabos. Don Rodrigo Calderón sanó al fin de su herida, y como era necesario al duque de Lerma, éste se guardó muy bien de mostrarse enojado con don Rodrigo.
Si tenemos en nuestra Casa las más nobles lumbreras de la Ciencia, es gracias a mí. Ayer me di la maña suficiente para engatusar al renombrado práctico Moumel, que desea dejar a las «Damas de Aquitania» para operar en nuestro santuario; me prometió, además, explicar un curso de Rinoplastia y de Estomatología dos veces a la semana. ¿Sabe usted lo que son estas dos ciencias...?
Sólo deslustraba el indiscutible mérito del Padre García una inveterada y perversa maña, que desde la infancia había en él, y que le había valido entre sus condiscípulos del seminario el farmacéutico apodo de Pildorillas. Era prodigiosa la inagotable fecundidad del filón de donde el Padre García las sacaba y las fabricaba. Sus narices eran venero inexhausto.
Que aquesto de las hambres y su queja, Solo á Mendoza y á Zárate se deja. En tanto que Alvar Nuñez caminaba Al Paraguay con guias muy derecho, Su gente con salud toda llevaba A manos el camino de indios hecho. Sabido por Irala que llegaba, Con maña, que la usaba en su provecho, Envia á cierta gente de corrida, Que el parabien le dén de su venida.
Palabra del Dia
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