Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de mayo de 2025
Esta noticia pareció afectar muy poco al caro esposo de la dama y al duque de Bringas; al ministro de la Gobernación hízole, por el contrario, malísimo efecto, dando a sospechar, por sus muestras de disgusto, que algo que la ausencia de Currita chasqueaba por completo le había traído allí y héchole aguantar con paciencia las majaderías culinarias del héroe del combate navo-terrestre de Cabo Negro; como Butrón temía, el nombramiento de camarera mayor comenzaba a mover la cola.
Todas las frases de íntimo elogio, de profundo orgullo con que antes se regaló la imaginación, resuenan con eco de burla en la pobre alma abatida, llena de vergüenza. "Pero es preciso intentar una rehabilitación decía Lázaro para sí. ¿Y cómo? Todos murmuran de mí, y si mañana se ofrece hablar de mi discurso, dirán todos que fué detestable, malísimo.
Pues en el despacho de la diligencia del fresco dijeron que acababa de llegar; ¡el criado es tan bruto! ¿De dónde se ha traído este vino? En eso no tienes razón, porque es... Es malísimo.
No ser nadie en presencia de su mujer, no encontrar allí aquel refugio a que periódicamente estaba acostumbrado, le ponía de malísimo talante.
A que respondimos todos unánimes, que estábamos aparejados á seguirle á donde quiera que fuese; no tuvimos aquel día otra agua que beber sino de un pantano de malísimo olor.
Primero había sido escuela; mas cuando el ayuntamiento edificó el nuevo local, hacía ya algunos años, la sociedad, que tenía uno malísimo, se trasladó a éste, previo un arreglo o restauración que dirigió don Mateo y costó muy buenos cuartos. Los trabajos, sin embargo, se limitaron casi exclusivamente al salón de baile y la escalera.
Desde allí, haciéndose el dormido, observaba entreabriendo un ojo al papá de su dueño; si le veía acercarse para seguir mirándole, se levantaba acto continuo y salía de la habitación de malísimo humor.
El mismo Luis Quijada, mayordomo de la Princesa regente, no pudo llegar hasta unos días después, por el fatal estado de los caminos; todo lo cual puso al Emperador de malísimo humor y le hacía prorrumpir en desabridas quejas, no pudiendo sufrir verse en tal especie de desamparo el que tan acostumbrado estaba á mandar y ser servido.
¡Vaya, muchacho.... Ten valor!... Fía en mí.... Si algo tenemos que me parezca grave, no tardaré en avisarte... pero no quiero que vivas engañado.... Todas las cosas tienen su fin.... El estado general de tu tía es malo, malísimo, pero, repito: por ahora no hay que temer.... Más tarde, cualquier día.... En fin.... ¡Dios dirá! Vete con Dios. Al pasar hablé con Andrés. No tengas cuidado, amito.
La Pimentosa comió abundantemente, como solía hacerlo, y antes de dormir la siesta mandó al fenómeno que bajase para ver si Tablas estaba en la taberna de la calle de las Maldonadas. Malísimo humor tenía la señora por aquella tardanza de su hombre, aunque acostumbrada estaba a tales ausencias y a otras mayores.
Palabra del Dia
Otros Mirando