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Actualizado: 15 de mayo de 2025


Centenares de esclavos cultivaban sus posesiones; y sus rentas y ganancias eran tres o cuatro veces mayores que las de D. Joaquín, con ser éste uno de los más acaudalados brasileños. Viudo el Sr. Machado, tenía un hijo, llamado Arturo, de veintiséis años de edad y muy lindo mozo. Arturo había estudiado leyes en la Universidad de San Pablo, donde las mujeres son guapísimas.

Plana Mayor del Coronel Machado, que tanto se distinguió en Oriente. Sargento Mayor Alfonso Salcines. Sargento Cuartelmaestre Enrique Borbent. Sargento Pagador Francisco Escamez. Sargentos Abanderados Hermenegildo Chávez y Víctor Chomat. Cabos Francisco Alcántara y Fructuoso García.

Hablando en la noche de hoy con el coronel Carlos Machado, comandante militar de esta plaza, me manifestó que las fuerzas americanas que han desembarcado en esta población y que custodian las propiedades extranjeras, obran con la mayor prudencia en todos los casos, limitándose á custodiar los intereses de sus conciudadanos.

Estos peligros, perfectamente conocidos por el coronel Machado, no le hicieron desistir de su propósito; y á las 4 y 25 de la tarde salían en la mencionada cigüeña automóvil el coronel Machado y los Tenientes Cabrera y Alfonso, con una pareja de la Guardia Rural, en dirección á Guantánamo. Nada anormal ocurrióles durante el trayecto de San Luis á Bayate.

Contiene: El hijo de la piedra, Amor, lealtad y ventura, El traidor contra su sangre, La devoción del Angel de la guarda, La tía de la menor, El marido de su madre, Los indicios sin culpa, El genízaro de Hungría, Callar siempre es lo mejor, El yerno del entendido, Con amor no hay amistad, El amor hace valientes. Matos Fragoso, según dice Barbosa Machado, murió en Madrid el 18 de mayo de 1692.

Pedro Lobo revolvió mil cosas en su mente, formó mil desatinados proyectos: hasta pensó en ir de mano armada a buscar a Octaviano, adelantándose a matarle antes de que él le matara; pero al cabo, después de muchos desvaríos, prevaleció la determinación más juiciosa; y, cuatro días después de la conversación que tuvo con Madame Duval, Pedro Lobo se embarcó en un vapor inglés que iba a Southampton y libró de su odiada presencia a Rafaela, a Madame Duval, al señor Gregorio Machado, a Octaviano, y a casi toda la sociedad fluminense.

Cuando Pueyo nos llevaba a los cafés con música y, emocionado por las arias de Marina o de La Bohême, nos confesaba que él también había escrito versos en la juventud... Cuando vendíamos todos los libros y empeñábamos todas las prendas ¡oh, aquella levita suntuosa de Bargiela! , y Antonio Machado, el gran poeta, al recibir un libro nuevo, exclamaba corriendo al tenducho del librero de viejo: Sol de la tarde. ¡Muy bien! ¡Café de la noche!

D. Lorenzo Machado, Alcalde del barrio número 18, cuartel quinto; el Sr. D. José Antonio de Echenagusia, idem del barrio número 7, cuartel primero; el Sr. D. José Antonio Lagos, de este vecindario; el Sr. D. Juan Cornet y Prat, vecino y de este comercio; el Sr. D. Ramon de Oromí, Contador mayor del Real Tribunal de cuentas; el Sr. D. José Amat, Alcalde del barrio número 17, cuartel cuarto; el Sr.

como, con dichosa y amarga lucidez, ha escrito Manuel Machado. Ser un gran poeta equivale, pues, a ser un gran infortunado. Mercurio tiene el oro guardado en la caja de su trastienda. El amor de las mujeres hermosas, la admiración de la multitud es en España para esos muñecos emocionantes vestidos de oro que saben sonreír cuando la Muerte les roza los caireles.

Gregorio Machado era bastante querido, casi toda la gente de la sociedad miraba al gaucho con disgusto mal disimulado como a matador de un mozo que en medio de todos sus extravíos siempre había sido dulce y afable.

Palabra del Dia

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