United States or Eritrea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cogió la caja de fósforos, dispuesta a encender, para recrear su vista en el tesoro; mas por no despertar a Doña Paca, cuyo sueño era muy ligero, dejó para la mañana el examen de tantas maravillas... Pasado un rato, no tardó en reírse de su ilusión, diciéndose: «¡Pues no soy poco lila!... Es todavía pronto para que traigan eso...». Al amanecer, despertose al ladrido de dos perrazos blancos que salían de debajo de las camas; sintió la campanilla de la puerta; echose al suelo, y en camisa corrió a abrir, segura de que llamaba algún ayudante o gentilhombre del Rey de luenga barba y vestido verde... Pero no era nadie; no había ser viviente en la puerta.

¿Sabes por qué he tardado tanto?... Pues por el dichoso niño, que me ha seguido hoy también. Al decir esto, se puso repentinamente seria; una arruga bien pronunciada cruzó su linda frente. ¡Es insufrible! añadió . Ya no qué hacer. A todas horas, salga por la mañana o por la tarde, traigo aquel fantasma detrás de . He tenido que refugiarme en casa de Mariana.

Si alguna vez se les ocurre entrar en el número 22 de la calle de la Montera, cuarto bajo, contemplarán con lágrimas de enternecimiento un enjambre de inocentes y juguetones cachorrillos adiestrándose para meterlos mañana u otro día en la cárcel cuando voten a un candidato de oposición, impedir que se reúnan con sus amigos, y subirles discretamente las contribuciones.

Por Romualda, a quien hallamos una mañana subiendo casi a gatas la empinada escalera de una casa de la calle de la Ruda, supimos que López llevaba con poca resignación su desgracia. Romualda subió tanto y tanto, que una noche la hallaron detenida en el peldaño octogésimo. Estaba prosternada, como besando la escalera. Tanto subió que sin pensarlo había llegado al cielo. López fue al hospital.

Una mañana supo que «monseñor» de Sibour había muerto asesinado... ¿Qué sintió entonces Sara? Ella lo declara, sin sospechar tal vez el alcance inmenso de su confesión. Sentí dice, que el asesino me había herido á también y despojado de algo precioso, pues «acababa de robarme mi pequeña gloria».

Hoy desterrado, mañana vendido como esclavo, o condenado a beber la cicuta; después, lamentado, honrado como un dios; todos los días expuesto a verse arrastrado a la barra del más inexorable "tribunal revolucionario", el ateniense que, en medio de esta vida agitada, jamás estaba seguro del día siguiente, producía con una expontaneidad que nos asombra".

Luego, cuando el gentleman iba á acostarse, Flimnap fingió que regresaba á la Universidad, despidiéndose de él hasta el día siguiente, pero se dispuso á pasar la noche en la cama del administrador del almacén de víveres, aunque estaba seguro de no dormir. ¡Mañana! pensaba . ¿Qué pasará mañana?

Yo le pasaré un tanto al mes a mi hermana para que el huésped no sea una carga pesada... Me parece muy bien pensado; pero muy bien pensado. Estás como las gatas paridas, escondiendo las crías hoy aquí, mañana allá. ¿Y qué remedio hay?... Porque lo que es al Hospicio no va. Eso que no lo piensen... ¡Qué cosas se le ocurren a mi marido!

Poco después escribió una larga carta a su esposa rebosando de ternura. Al final le decía que al día siguiente iría a verla. Al despertarse por la mañana recibió la contestación de Carlota. «No vengas a verme. No quiero que pises esta casa. Espera a que te indique el sitio y la hora donde podemos vernos. Eres demasiado bueno, Mario

Tampoco me ha sorprendido su presencia aquí continuó ella ; la esperaba. Conozco las inocentes astucias de los hombres. «Ya que ayer no me encontró en el hotel, me esperará hoy en la calle», me he dicho esta mañana al levantarme... Antes de salir he seguido sus paseos desde la ventana de mi cuarto... Ferragut la miraba con sorpresa y desaliento. ¡Qué mujer!...