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Actualizado: 3 de junio de 2025


La maternidad dolorosa santificaba a la mujer, le permitía acercarse a ella sin miedo y sin repugnancia, tratándola con una llaneza maternal. Debe usted sufrir mucho. Algunas noches la oigo revolverse en la cama... Tenga usted paciencia; es el castigo que nos impuso Dios por la rebeldía de la primera mujer. Todos hemos de sobrellevar la culpa.

Esto es: que habiéndome criado en la llaneza de esta humilde casería, ir a palacio es cosa que podía causarme aún mayor tristeza que la que tengo. Comp. Vélez de Guevara, La Serrana de la Vera, 1589-1601. Teatro antiguo español, I. "con amor", Parte XXI. "can Amor" en la Suelta citada, 1741.

Debía ser alguno de aquellos jinetes de pobre aspecto que encontraba en la soledad del campo, sin ningún pueblo en el horizonte, y que se llevaban la mano al mugriento sombrero, diciendo con respetuosa llaneza: Vaya usté con Dió, zeñó marqué.

Aquella llaneza, aquella deferencia, si ahondamos en su corazón, es una honra que cree dispensar, una limosna que cree hacer al plebeyo. Trate éste diariamente con él, y al fin de la jornada nos dará noticias de su amabilidad: ocasiones habrá en que algún manoplazo feudal le haga recordar con quién se las ha.

Respodióles que era buen caballero, y que él no sería enemigo ni haria daño á los amigos del Rey de Aragon, y que con seguridad podrían estar todos juntos, y honrar á Riambau. Con esto se sosegaron, y Montaner pasó á la galera de Riambau Dasfar, y luego todas se juntaron, y se convidaron los capitanes con mucha llaneza y seguridad.

Por entonces comenzó a llamársela la Montálvez, llaneza que acreditaba su bien adquirida popularidad, como en otro tiempo la había acreditado, entre la juventud de rechupete, otra llaneza, algo más fina y culta: Nica Montálvez. Lo cierto es que Madrid se llenó de cosas de la Montálvez, y que hasta las que rodaban por tertulias y cafés sin madre conocida, se le atribuían a ella.

En la calle tranquila, de casas señoriales con panzudas rejas y grandes miradores, donde vivía doña Sol, encontraron a otros garrochistas que esperaban ante la puerta, inmóviles sobre sus caballos y apoyados en las lanzas. Eran señoritos, parientes o amigos de la dama, que saludaron al torero con amable llaneza, satisfechos de que fuese de la partida.

Pero la escuela de la prosperidad material, que será siempre ruda prueba para la austeridad de las repúblicas, ha llevado más lejos la llaneza de la concepción de la conducta racional que hoy gana los espíritus. Al código de Franklin han sucedido otros de más francas tendencias, como expresión de la sabiduría nacional.

Aquel garrote, la sencilla americana y el hongo flexible de anchas alas eran la garantía de su popularidad en las aldeas. Tenía todo el orgullo y todas las preocupaciones de sus compañeros en nobleza vetustense, pero afectaba una llaneza que era el encanto de las almas sencillas. Tenía otra manía, corolario de sus paseos, la manía de las pesas y medidas.

"La fiesta de mis pescadores, tan regocijada como pobre, excedió a las de los triunfos romanos: que tal vez en la llaneza y en la humildad suelen esconderse los regocijos más aventajados.

Palabra del Dia

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