Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de junio de 2025
No sabes lo que es ir de caza en este país. A ver si me veo precisado a traerte en brazos como a Ventura. No tengas cuidado; soy más fuerte de lo que parezco. Al fin la joven, trató de marcharse. Gonzalo le preguntó con timidez: ¿No me lees hoy un poco? Cecilia no había pensado en otra cosa desde hacía rato.
Concluyo; yo, en fin, no tengo necesidades: tú, a pesar de tus riquezas, acaso tendrás que someterte mañana a un usurero para un capricho innecesario, porque vosotros tragáis oro, o para un banquete de vanidad en que cada bocado es un tósigo. Tú lees día y noche buscando la verdad en los libros, hoja por hoja, y sufres de no encontrarla ni escrita.
No he querido preguntarte nada; esperaba tus confidencias. Tú lees tan bien siempre lo que pasa en mi corazón, que muy pocas cosas tengo que contarte, creo... Esas pocas cosas yo debo saberlas, sin embargo... ¿Huberto Martholl te gusta? Me gusta, madre querida... ¿Y bien? Es que... Veamos, voy a ayudarte, querida mía; ¿sabes si tú le gustas a él?
Una de aquellas tardes que fué, encontró sola a Carmencita, y apenas se saludaron, le preguntó Salvador: ¿Todavía lees aquel libro que te hace desvariar? Ella dijo, con su voz de melodía triste: Todavía.... Pues yo voy a traerte otro libro santo muy alegre, con tapas azules y letras de oro, si me prometes que leerás en él un poco todos los días. Si dices que es santo....
Rodolfo.» Rara vez salía yo de casa, y sólo para visitar a don Román. Me pasaba la mañana en mi cuarto, y la tarde en el jardincillo, entregado a mis poetas favoritos. ¿Qué libro lees ahora? solía preguntarme el «pomposísimo», cuando iba a verle. ¿Lamartine? ¿Víctor Hugo? ¿Novelitas de Dumas? Contestaba yo afirmativamente, y el buen anciano hacía un gesto, gruñía, y agregaba mohino: ¡Uf!
Como tú no lees nunca un periódico.... Ni falta que me hace... pero dímelo tú, anda. Pues es... así a modo de una... de una que habla con todos, supongamos.... ¿Que habla con todos?... ¿y te lo dijo en tu cara?... ¡El Dulce nombre de María! Pero no hablar por mal, tonta; si no es eso.... Es hablar de los deberes del pueblo, de lo que ha de hacerse; es istruir a las masas públicas....
El mayor obstáculo era que yo no había estado en la guerra y no podía hablar de las batallas y los sitios, que sólo conocía de oídas o por los datos vagos de los periódicos. Mira, don Oscar tiene una porción de historias y documentos de la guerra. Mañana te traigo dos o tres libros, los lees, y luego vuelvo a colocarlos en su sitio.
Por otra parte he descubierto que no se gobierna al corazón, y ellos no podrían dejar de amar, como yo no... ¿Qué, Reina? Nada, señor cura. Lo que yo temo es tener una inclinación a los perdidos, porque Buckingham es lo más interesante... Pero en fin, hijita, desde que lees a Walter Scott, he tratado de hacerte comprender ciertas cosas y parece que todo ha sido inútil.
Palabra del Dia
Otros Mirando