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Actualizado: 13 de junio de 2025


Después de besar repetidas veces las heladas mejillas de la pobre niña, dieron por terminada su piadosa obra. Allá, en lo más hondo de la casa, sonaban gemidos de hombres y mujeres. Era el triste lamentar de los padres, que no podían convencerse de la verdad del aforismo angelitos al cielo, que los amigos administran como calmante moral en tales trances.

A uno de los rurales hubo de escapársele un tiro, y la fuerza que venía en el tren creyéndose atacada se lanzó del coche y á no ser por haberse adelantado el capitán del escuadrón y advertído á los del tren que era fuerza leal, se hubiera tenido que lamentar una funesta desgracia.

Pero estos principios, que debian afianzar el órden y librar á la sociedad de los embates de la anarquia, fueron calificados de anti-patrióticos, como si el patriotismo consistiese en la exaltacion y el frenesí; y los que los profesaban, no tardaron á ser el blanco de las mas torpes calumnias. Al espíritu de conservacion, sucedió el desórden, y Buenos Aires tuvo tambien que lamentar sus víctimas.

Y así sucedió en efecto: a todos pareció muy chic aquel nuevo capricho, y a la noche siguiente se veían por todas partes en el teatro trajes de dos colores diversos con guantes de dos colores distintos. El debut de Miss Jesup alcanzó una ovación ruidosísima, y sólo hubo que lamentar un chistoso ridículo.

Permitido es lamentar que hombre de tan notable inteligencia se viera llevado por la fuerza de los acaecimientos á emplearla en beneficio de los enemigos de su país; mas no hay razón con que condenarle en absoluto, porque no tenía conciencia de los deberes que ni comprendían ni practicaban sus contemporáneos

Se puede gemir, lamentar maldecir, revolverse contra el buen sentido; pero combatir contra la verdad, ¿para qué? Sorege tiene razón, miss Maud, dijo fríamente Tragomer. Lo comprendo tan bien que mis convicciones son enteramente platónicas. Si hubiera algo que hacer, ya lo hubiera intentado, esté usted segura. Precisamente porque todo lo creo inútil he tomado el partido de viajar para distraerme.

Allá en sus adentros se comparaba a la vara que sostiene en el aire a una planta rastrera a fin de que no caiga al suelo y se ensucie y pudra en el fango. Temía Rafaela que Arturito cayese si le dejaba ella, y por eso no le dejaba. A menudo solía lamentar que aquel muchacho hubiera sido tan dócil y se hubiera convertido tan pronto.

Un buen drama representado por , tal vez la haría desmayar para siempre. Un sentimiento más humano, y por lo tanto más verosímil, la hacía lamentar la ausencia de su hijo. Ella lo había llevado en sus entrañas y puesto en el mundo; era su madre, después de todo, y sentía haberse deshecho de él en provecho de otra.

Este desorden le hacía lamentar una vez más la escasez de personal. La servidumbre se levantaba tarde, á causa de sus esperas nocturnas. Por esto el coronel sentía la satisfacción de un gobernador de fortaleza que ve todas las poternas cerradas y siente las llaves en su bolsillo, las noches en que no faltaba ningún compañero del príncipe. Después de la comida escuchaban á Spadoni.

Séalo o no, siempre será para muy de lamentar que no le tocara a la madre tan buen consejero como el que le ha caído en suerte a la hija. Pues mira, y a propósito de buenos consejos: no dejes de sacarla de aquí en cuanto tenga edad para ello. Tienes la casa demasiado llena de lobos..., empezando por ti, para que pueda vivir en ella sin dar con alguno esa inocente corderilla.

Palabra del Dia

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