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Actualizado: 13 de julio de 2025
Va para negocios del caudal, que ni tú ni yo entendemos. Yo tengo tal confianza en Braulio, que no he querido cansarle en que me explique de qué naturaleza son esos negocios que tamaña prisa requieren. Bástame con que me haya dado completa seguridad de que no ocurre nada aflictivo. ¿Cómo, además, había él de ir tan alegre y tranquilo como va si hubiese que lamentar una desgracia?
Y don Pablo contó el empleo de su día: De aquí, sin querer ver a ese desventurado niño, porque no podría verle, Casilda, no podría verle... ¡me ha destrozado el corazón! me fuí en busca del habilitado y del subsecretario y les dije no sé qué: hasta creo que he llorado... Mi intención era pedir un adelanto que, unido a lo que tú has recaudado con las alhajitas, pudiéramos ofrecerle a ese caimán de prestamista, que ya se contentaría con una parte ahora... y si no se contentaba, menudo escándalo le armaba yo, por andar en semejantes tratos con menores de edad; pues nada, hija; me hicieron tanto caso, como a un perro: que no podía ser, que la acefalía del Ministerio... ¡Mira por donde vine a lamentar no estuviera Eneene en su poltrona!
Partió en seguida para el campo de batalla, y despues que Ribas rechazaba valerosamente á Bóves en la Victoria el 12 de Febrero, poniendo sus tropas en dispersion, si bien teniendo que lamentar entre otras la pérdida del distinguido Ribas Dávila, el 28 del mismo mes, con solos 1.800 hombres por parte de Bolívar y 7.000 por la de Bóves, vencido este tuvo que dejar el campo de la accion, que era el de San Mateo, despues de haber costado á los republicanos este triunfo 203 hombres entre muertos y heridos.
Felizmente, Maxi estaba tan sin gana, que apenas probó bocado; doña Lupe se declaró también inapetente, y de este modo se fue resolviendo el problema y no hubo conflicto que lamentar. El padre Pintado, a pesar de ser tan proceroso, no era hombre de mucho comer y amenizó la reunión contando otra vez... las oposiciones de Sigüenza.
Nuestro ejército, lejos de lamentar la guerra, se alegrará de que, merced á la guerra, podrá luchar con alguien que dé la cara, que no sean foragidos que huyen y se esconden, y en cuyo vencimiento se puede alcanzar alguna gloria.
Entre los primeros habia que lamentar al valiente Villapol y otros dos oficiales, y entre los segundos habia, con Campo Elias, otros 30 oficiales; pero la pérdida del enemigo fué mucho mayor. A fines de Marzo los realistas ponian sitio á Valencia con 4.000 hombres que Don José Cevallos traia de refresco de la provincia de Coro, pero sin artilleria.
María Teresa no llegaba hasta lamentar la desaparición del hombre de las cavernas, defensor de su compañera en el fondo de las grutas, con palo y hacha de piedra; pero veía con sentimiento la degeneración de los hijos de la burguesía, alejados por una educación imprevisora de todo espíritu de iniciativa y de todo esfuerzo individual.
Nadie dejaría de lamentar su fuga sí él no volvía al lugar; pero si volvía, la compasión se transformaría inevitablemente en burla y rechifla. No quedaría un solo sujeto que no le preguntase con sorna qué había ido a hacer al yermo y por qué lo dejaba tan pronto, arrepentido de ser anacoreta.
Convengo en que no hay motivos para que usted esté tan patética... Pero hay otra cosa... a mí me gusta remontarme a los orígenes, me gusta buscar el por qué, y francamente, cuando miro ese por qué, no puedo menos que lamentar la equivocación de que usted viene padeciendo desde tiempos remotos. Fortunata le miraba sonriendo, pues no creía que debía enojarse.
Aunque antes aludimos al talento de Calderón para dibujar caracteres diversos, y ofrecer en su conjunto la vida y el mundo, que lo rodeaba, debemos lamentar, no obstante, que se haya creído obligado, siguiendo la dirección exclusiva de su espíritu, á usar con tanta parsimonia de este talento, circunscribiéndose voluntariamente á tan estrecho y limitado círculo.
Palabra del Dia
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