Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 27 de mayo de 2025


Todos menos Inés nos reunimos en la sala, y a poco entró el lúgubre cortejo, presidido por doña María, con una pompa y severa majestad que le habrían envidiado reinas y emperatrices. Profundo silencio reinó en la sala por un instante, mas rompiolo al fin, sin gastar tiempo en saludos, doña María, no pudiendo contener el volcán que bramaba dentro de las cavidades de su pecho.

Miquis y D. José le hacían mil preguntas, pero ella no contestaba nada. Por la noche Augusto, después de prescribirle el reposo, se retiró seguro de hallarla mejor al día venidero, lo que no resultó cierto, porque a la siguiente mañana encontró el médico en su infeliz enferma el mismo silencio, la mismo apatía lúgubre y la propia indiferencia del día precedente.

Los dos amigos eran asiduos concurrentes á la ópera, y solían amenizar sus conversaciones con los cantos y romanzas de que tenían llena la cabeza; y á veces, cuando en el diálogo encajaba bien, soltaban algún recitativo. Por eso cuando el lúgubre dijo: Ha venido, el periodista cantó con afectación de sobresalto: ¿L'incógnito amante della Rossina? Apunto quello, contestó el otro.

Al tirar del cordel grasiento, el mismo tañido lúgubre, que tanto había impresionado al P. Gil la vez primera que puso los pies en aquella casa, produjo a ambos un estremecimiento de temor y ansiedad. No tardó en oírse la voz cascada de Ramiro. ¿Quién es? Gente de paz. ¿Quién es? tornó a preguntar. Soy yo, Ramiro. Abre respondió el sacerdote.

El lúgubre, principálmente, era un gran Ministro de Hacienda, y resolvía todos sus apuros por medio de grandes acometidas al bolsillo del joven escritor, que tenía, entre otras cualidades, la de despreciar las vanas riquezas.

No se oían los pasos, sino el golpe del fuerte bastón en que se apoyaba el Rey, y que con lúgubre compás sonaba en el alfombrado suelo. Desde el 19 de Julio hasta el 27 de Setiembre el Rey sufrió mucho de un dolor en la cadera izquierda; pero no guardó cama. Sus comidas eran penosas por falta de apetito.

Todavía respiraba... Un tiro en la sien. Se contrajo el cuerpo bajo un estremecimiento final. Luego quedó inmóvil, con la rigidez del cadáver. Sonaron voces, formaron las dos compañías en columna, y al ritmo de sus instrumentos fueron desfilando ante el cuerpo de la muerta. Del lúgubre carruaje sacaron los hombres enlutados un féretro de madera blanca.

Zumalacárregui encendió después en la vela que había traído la que apagada estaba en la real estancia. Las dos luces, a pesar de aumentar la claridad, hacían más lúgubre el desmantelado recinto. El Rey y el general hablaron.

Pero uno de ellos le agarró los brazos con sus zarpas, y de un violento tirón, le hizo enseñar las manos. ¡No tié callos! exclamaron con lúgubre alegría. Y se hicieron un paso atrás, como para caer sobre él con mayor ímpetu. Pero les detuvo la serenidad del joven. No tengo callos, ¿y qué? Pero soy un trabajador como vosotros.

Al fin pronuncié su nombre y me sobrecogí de espanto, de tal modo que el sonido de mi propia voz me pareció extraño y lúgubre.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando