Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 6 de junio de 2025
A medida que ascendía el pequeño destacamento, mejor se distinguía el uniforme del parlamentario y hasta su fisonomía: era un hombre delgado, de cabellos rubios, cenicientos, bien proporcionado y de movimientos resueltos. Al pie de la peña, Frantz y Kasper le vendaron los ojos, y no tardaron en oírse sus pisadas, que resonaban bajo la bóveda.
Frente a la granja, a unos cinco pasos, en un talud, se veía al cosaco muerto por Kasper el día anterior; estaba blanco por la escarcha y rígido como si fuese de piedra. Dentro, el fuego de la estufa, que se había encendido, calentaba el ambiente.
Ojeda la entendió. ¡Dueño mío!... ¡Mi dios!... ¡Te amo! La mano oculta apoyaba estas palabras con fuertes estrujamientos. Un amigo de Kasper vino a sacarle de la infructuosa predicación, libertando a sus distraídos oyentes. Le esperaban en el fumadero para empezar la partida matinal de poker. Hasta luego, señor. Los amigos me reclaman. Tiempo nos queda para hablar de estas cosas.
Le va a proponer algún negocio, como se lo está proponiendo en este momento a Pérez, el que se sienta a su lado; Pérez el anglómano, que se indignaba esta mañana en Tenerife; el «amigo de la civilización»... Y si el señor Kasper se digna interesar a usted en sus asuntos, inútil es decirle que su fortuna está hecha. ¡Padre extraordinario!...
Dudó un momento, como si temiese la burla de su amigo, y al fin dijo con resolución: Vamos a fundar un Banco apenas lleguemos a Buenos Aires... No se ría usted, Fernando; me lo esperaba. Es cosa seria. Martorell pone la idea y su experiencia de técnico. El señor Kasper, el padre de Nélida, pondrá el capital que se necesita para empezar; poca cosa, según el catalán, que entiende mucho de esto.
Aquel nuevo contratiempo causó una impresión desagradable al guardabosque; hizo señas a su hijo para que se acercara y le dijo en voz muy baja: Kasper, esto va mal, esto va muy mal; esos bribones traen las escalas; dame la mano. Quisiera tenerte cerca de mí y también a Frantz; ¡pero hemos de defender el pellejo hasta lo último!
Sí señor; un Banco repitió mirando a Ojeda con expresión algo agresiva . Vamos a fundar un Banco, y no comprendo que un negocio serio le produzca a usted tanta risa. Las cosas están magníficamente ideadas. Ese chico catalán, aunque despreciable como poeta, es un gran organizador; y el señor Kasper será un pillo, si usted quiere, pero en los negocios la picardía es un mérito.
El anciano Materne, con la mano extendida, señalaba a lo lejos, muy a lo lejos, un punto blanco, casi imperceptible, en medio del pinar, diciendo: ¿Reconocéis aquello, hijos míos? Los tres miraron con los ojos medio cerrados. Es nuestra casa respondió Kasper.
¡No, por cierto! respondió Kasper ; ha llegado el invierno, el tiempo del jabalí. Después, dejando uno y otro las carabinas en el rincón de la ventana, al alcance de la mano, por si llegaba un caso de alarma, montaron la pierna por encima del banco y se sentaron frente a su padre, que ocupaba la cabecera de la mesa.
En seguida Juan Claudio se levantó y salió con Kasper. La meseta ofrecía un extraño aspecto.
Palabra del Dia
Otros Mirando