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Actualizado: 24 de mayo de 2025


¡Absurdo! ¡absurdo! gritaba don Víctor jamás se hizo cosa por el estilo en los gloriosos siglos de estos insignes poetas. Afortunadamente añadía calmándose yo no me veré nunca en el doloroso trance de escogitar medios para vengar tales agravios; pero juro a Dios que llegado el caso, mis atrocidades serían dignas de ser puestas en décimas calderonianas.

Pero esto no es privativo de Peñascosa. Lo mismo sucede en Sarrió y en Nieva. De otro modo, ¿cómo sería posible la vida en estas villas insignes? Contra el parecer de D. Peregrín se hallaban todas las personas sensatas de la población. Unos por afectos al excusador, otros por timoratos, otros porque no veían motivo para armar un escándalo, casi todos aconsejaron a Osuna que se estuviese quedo.

Creían y creen estas insignes sarrienses, y yo me adhiero del todo a su opinión, que el traje y las modas adoptadas por las señoritas no avaloran poco ni mucho sus naturales gracias; antes las menoscaban. Y esto es lógico. En primer lugar no están acostumbradas a vestirse con tal sujeción o aprieto como los figurines exigen de sus subordinadas.

Pero no faltaron en este tiempo algunos insignes judíos que por convencimiento recibiesen el agua del bautismo. Uno de ellos fué Rabi Moseh, nacido en la ciudad de Huesca en 1062, el cual á los 44 años de su edad fué bautizado en la iglesia de su patria, recibiendo los nombres de Pedro i de Alfonso.

Cuando dijo la última palabra de esta conocida tesis, Nieves estaba ya sentada a la mesa del comedor, en espera del desayuno; la rondeña, en la cocina para que acabara la cocinera de prepararle, y abocando al pasadizo frontero, don Claudio Fuertes y León, asombrándose de que hubieran madrugado tanto los insignes dueños y señores del caserón de Peleches. Entre buenos amigos ¡Señor don Claudio!

Y para más honra suya Y de la comedia nuestra, En los días que Colón Descubrió la gran riqueza De Indias y Nuevo-Mundo, Y el Gran-Capitan empieza A sujetar aquel reino De Nápoles y su tierra, Á descubrirse empezó El uso de la comedia, Porque todos se animasen Á emprender cosas tan buenas, Heróicas y principales, Viendo que se representan Públicamente los hechos, Las hazañas y grandezas De tan insignes varones, Así en armas como en letras; Porque aquí representamos Una de dos: las proezas De algún ilustre varón, Su linaje y su nobleza, Ó los vicios de algún príncipe, Las crueldades ó baxezas, Para que al uno se imite, Y con el otro haya enmienda; Y aquí se ve que es dechado De la vida la comedia.

Reinando en Córdoba Abde-r-rahman brillaban en otras iglesias doctores muy insignes, como Eterio en Osma, Beato en Liébana, Félix en Urgél, Elipando en Toledo, etc., etc.; y en el oscuro horizonte de la afligida iglesia de Sevilla empezaba á amanecer la estrella de Juan Hispalense.

Mientras su maestro escribía que la pintura es loable porque puede servir a la gloria de la religión y al fomento de la piedad, cuanto los pintores más insignes competían en la representación de apariciones milagrosas y prodigios inspirados en la fe; él hacía estudios de animales, aves, pescaderías y bodegones con perfecta imitación del natural.

Andando un poco en la visita que hacemos, se encuentra la célebre Universidad de Córdoba, fundada nada menos que el año de 1613, y en cuyos claustros sombríos han pasado su juventud ocho generaciones de doctores en ambos derechos, ergotistas insignes, comentadores y casuístas.

Este retrato añade que era de medio cuerpo del natural, contaba Andrés Esmit pintor flamenco en esta corte, que a la sazón estaba en Roma, que siendo estilo que el día de San Joseph, se adorne el claustro de la Rotúnda donde esta enterrado Rafael de Urbino, con pinturas insignes antiguas y modernas, se puso este retrato con tan universal aplauso en dicho sitio, que a voto de todos los pintores de diferentes naciones, todo lo demás parecía pintura, pero este solo verdad: en cuya atención fue recibido Velázquez por Académico Romano año de 1650».

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