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En el Louvre se conserva hoy un cuadro que representa á san Bernardo dictando las reglas de la Orden, que es una de las más acabadas obras de Herrera. Este, muy anciano ya, marchó á Madrid en 1650, donde se estableció y ejecutó algunas obras al fresco y no pocos grabados, impresos en diversas obras.

Por lo demás, no hubo alteración alguna en la distribución y conjunto de los antiguos corrales, y de aquí que, mientras se desplegaba un lujo nunca visto en el teatro del Buen Retiro, aquéllos, en punto á máquinas y decoraciones, continuaban en el mismo estado que tenían hacia fines del siglo XVI. Mientras que al teatro de la corte sólo acudía una sociedad escogida de notables personajes, ya por su ilustración, ya por su rango social, á las casas de comedias de la ciudad asistía inmensa muchedumbre, compuesta de las clases populares, llena de una curiosidad insaciable, y los mosqueteros daban sus votos de censura ó de alabanza de la misma manera estrepitosa que antes, pudiendo asegurarse que esas manifestaciones ruidosas de su aprobación ó de su vituperio llegaron á su punto culminante en la mitad del siglo XVII. De las noticias dadas por Caramuel, aparece que de 1650 á 1660 había uno de estos mosqueteros, un zapatero remendón, apellidado Sánchez, que se había erigido en Aristarco de los teatros, y cuya influencia era tan grande, que de él dependía la buena ó mala acogida que en el público encontraban las comedias, hasta el extremo de que poetas dramáticos famosos procuraban captarse su benevolencia antes de llevar sus obras á la escena.

Con pocos de éstos pudiera Conducir una galera Á la China, desde aquí, Don Fadrique de Toledo. Pido mano, doy turrón. 1650 DO

Lasso cuenta de ciertos concejales de Gandulia, he recordado, y no puedo resistir a la tentación de referirlo aquí, lo que he leído en uno de los extractos y traducciones de los millares de manuscritos egipcios adquiridos y conservados en Viena por el archiduque Raniero. El caso no ocurrió a fin de siglo, sino a mediados: por los años de 250 de la Era Cristiana, o dígase 1650 años ha.

Finalmente, á las obras que contienen dramas, indicadas por Münch-Belling-Hausen en la pág. 5, añado las siguientes: Cytara de Apolo y Parnaso en Aragón. Autor, el maestro Ambrosio Bordía: Zaragoza, 1650. Rimas varias y tragicomedias del mártir d'Ethiopía, por el capitán Miguel Botello de Carballo: en Ruán, 1646.

Madrid, Febrero de 1650.» . Palomino dice que «cumpliendo con la puntualidad con que siempre obedeció las órdenes de Su Majestad, y aunque combatido de grandes borrascas llegó al puerto de Barcelona por el mes de Junio de 1651»; de lo cual se desprende que aun tardó dieciséis meses en volver a España.

Este retrato añade que era de medio cuerpo del natural, contaba Andrés Esmit pintor flamenco en esta corte, que a la sazón estaba en Roma, que siendo estilo que el día de San Joseph, se adorne el claustro de la Rotúnda donde esta enterrado Rafael de Urbino, con pinturas insignes antiguas y modernas, se puso este retrato con tan universal aplauso en dicho sitio, que a voto de todos los pintores de diferentes naciones, todo lo demás parecía pintura, pero este solo verdad: en cuya atención fue recibido Velázquez por Académico Romano año de 1650».

Otras provienen del tomo II del Tratado histórico, de Pellicer. He aquí algunas noticias y anécdotas de autores célebres de la edad de oro del teatro español: «Epistolae Hoelianae. Familiar letters domestic and forren. By James Howell. 2nd edition, London, 1650. Vol. «Con tanta felpa en la capa Y tanta cadena de oro, El marido de la Vaca, ¿Qué puede ser sino toro