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Actualizado: 14 de junio de 2025


A todo contestaban que me estuviese quieto y sin cuidarme de nada, para que no me repitiesen los accesos de fiebre; pero no pude conseguirlo, y si descansé un poco, procurando poner a un lado mis terribles recuerdos y apartar de la vista las siniestras figuras que se habían hecho compañeras inseparables de mi espíritu, poco después, cuando, ya avanzada la noche, llegó Juan de Dios, me sentí tan vivamente inquieto al verle, que a no impedírmelo mi debilidad, habría saltado del lecho para correr hacia él, arrastrado por un odio terrible y una curiosidad más fuerte aún que el odio.

Todo queda pues soldado; ó mejor diremos, no hay soldadura posible, porque á la cadena infinita la hemos hecho finita, quitándole un instante. Mas claro: ¿podemos concebir mañana y ayer, sin hoy; futuro y pasado sin presente? Es evidente que : el tiempo es pues esencialmente compuesto de partes inseparables.

Entonces habría concluido para siempre dice la joven con un profundo suspiro. Pero, un instante después, se ríe ella misma de su locura. Pasan los días. Juan, como camarada de juegos, ha sobrepujado todas las esperanzas de Gertrudis. Los dos son inseparables; y Martín se ve reducido al papel de espectador... no puede, con una sonrisa gruñona, hacer más que decir amén a todas sus locuras.

Don Víctor le recibió en el despacho. Estaba el amo de la casa en mangas de camisa, como solía en cuanto llegaba el verano, aunque no tuviera mucho calor. Para él venían a ser ideas inseparables el estío y aquel traje ligero.

Lo mismo sucede en sus enfermedades, por agudos e intensos que sean sus dolores, sólo se les conoce porque ellos lo dicen cuando se les pregunta, o porque a la naturaleza del mal son inseparables algunas señales de sentimiento; pero ellos los sufren con una constancia y serenidad que admira.

Esto es una breve descripcion del Sol, que declarando los caractéres y formas exteriores perpetuas é inseparables de su ser, nos muestran estar presente su esencia. Esto mismo ha de extenderse á quantos seres hay en el Universo, pues que ninguno hay que le conozcamos de otra manera.

Sobre aquellos muros había ondeado la sacrosanta enseña de Castilla, en una época en que, si la tenue brisa de la caída de la tarde plegaba sus paños en otros horizontes, los matinales céfiros acariciaban sus colores enseñando al primer rayo del sol los castillos y leones, inseparables compañeros de su luz.

Debiendo toda difinicion declarar la esencia de las cosas, con el fin de que no se confundan y se puedan distinguir unas de otras, conviene advertir, que el entendimiento no alcanza las esencias de los entes en mismos; porque siendo el origen de todos los conocimientos humanos lo que entra por los sentidos, como estos no nos descubren el íntimo ser de las cosas, sino solo la forma de ellas, que consiste en un conjunto de caractéres inseparables de la esencia, por eso nuestros alcances no llegan íntimamente á penetrarle.

Esto mismo que hemos dicho, nos lleva al conocimiento de que debemos usar de metáforas en la manifestacion de cosas horrendas y feas, que excitan el ánimo á horror y desabrimiento. Ya hemos mostrado, que junto con nuestras nociones mentales andan siempre inseparables los afectos del ánimo.

Además, son inseparables y forman una pareja horrorosa que no todo el mundo ve. ¡Desgraciados aquellos que siendo aún jóvenes se dan cuenta de que existen!... Yo los he conocido siempre: estaban en el colegio; allí pudiste conocerlos también ; no dejaron de habitarlo ni un sólo día durante los tres años de vulgaridad y de mezquindades que en él pasé.

Palabra del Dia

irrascible

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