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Actualizado: 12 de mayo de 2025
Después de pasear una mirada de satisfacción por la enorme masa de Villa-Sirena, sus dependencias y las arboledas inmediatas, el coronel dijo á Novoa: Aquí costó menos lo que se ve que lo que no se ve. Hay mucho dinero enterrado.
Una parte de la noche había pensado en él, con dulces estremecimientos de terror, proponiéndose a la mañana siguiente recorrer a caballo las soledades inmediatas a La Rinconada, esperando que su buena suerte le hiciera tropezarse con el interesante bandido.
Ahora el radio de su autoridad se había restringido considerablemente al parcelarse la fortuna del viejo con la parte de Elena y los numerosos legados. Le encolerizaba ver establecidos en las tierras inmediatas á varios extranjeros, casi todos alemanes, que las habían comprado á Karl.
Entonces se le ocurrió ir a ver a D. Restituto, párroco de una de las aldeas inmediatas a Peñascosa, hombre que pasaba entre sus compañeros por avisado, prudente y aficionado a los libros.
Las afirmaciones candorosas del muchacho, hambriento de saber, hacían reflexionar a Salvatierra. Tal vez este inocente veía más claro que ellos, los hombres endurecidos en la lucha, que pensaban en la propaganda por la acción y en las rebeldías inmediatas.
La cuadrilla desapareció con sus perros, y el Mosco siguió adelante, prometiendo a los camaradas, aún no repuestos del susto, acabar en seguida la expedición, tan pronto como registrase ciertas bocas inmediatas a un arroyo, que eran las más ricas de El Pardo. Detuviéronse en una espesura, oyendo a corta distancia el murmullo del agua invisible saltando entre guijarros.
Vamos dijo Quevedo, que entre tanto había corrido al socorro de doña Clara ; no es nada, un desmayo; un desmayo que nos viene á las mil maravillas; quedáos vos aquí, padre Aliaga, y esperadnos. ¿A dónde vais? A llevar á doña Clara á una de estas casas inmediatas. Ayudadme vos, Montiño. Dios quiera que pueda; apenas me tengo de pie. Os ayudaremos los dos y es más breve dijo el padre Aliaga.
Somos unos millonarios del desierto que vivimos todavía en la primera semana de la creación de un mundo. Como quien dice unos millonarios... salvajes. Los tres rieron de este título y luego quedaron pensativos. Sus ojos dejaron de ver el hall donde se encontraban y la elegante concurrencia de las mesas inmediatas.
Se estaban formando las comitivas en cada parroquia: pronto llegarían al Arenal para reunirse todas en San Nicolás. Y la gran plaza ennegrecíase de gentío inquieto. Una masa de cabezas cubría las aceras y las calles inmediatas.
Saludó alegremente a los jóvenes, con la misma libertad y franqueza que si fuera uno de ellos, dio un par de palmadas para llamar al mozo y dirigió unas cuantas sonrisas amicales a los parroquianos de las mesas inmediatas. Aquí tiene usted a Mario deshecho de impaciencia. Ya preguntaba si estaría usted enfermo dijo Adolfo.
Palabra del Dia
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