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Así decía con razón D. Agustín Durán, que el antiguo drama era para los españoles patriotas lo que la Biblia para los hebreos, lo que la Iliada y la Odisea para los griegos, esto es, un archivo de toda la ciencia histórica, política, moral y religiosa de la nación; un reloj que indicaba sus varias vicisitudes, su renombre y sus desdichas.

Yo no quiero perder la niña. ¡Mírala! Á este llamamiento frenético y singular que indicaba que la posición actual de Ester casi la había privado del juicio, el joven eclesiástico se adelantó pálido y llevándose la mano al corazón, como era su costumbre siempre que su nervioso temperamento le ponía en un estado de suma agitación.

El diálogo se desarrolló vivamente y quedó convenido que, antes de que terminara la reunión, irían los dos a cerciorarse de la verdad, escondiéndose en la cuadra que indicaba Casilda.

Pasaba esta escena en el comedor, donde los dos esposos almorzaban en compañía de María Valdivieso, Celestino Reguera y Gorito Sardona, cuya flamante corbata azul indicaba ser aquel día el mico de guardia.

Era un tipo esencialmente madrileño; masa que el tiempo y la fortuna modelan a su antojo con las suaves líneas de la dama o con los rasgos graciosamente duros de la chula. Hasta la voz indicaba en ella el germen de este dualismo: unas veces su timbre hería desagradablemente el oído, otras lo halagaba con singular dulzura. Ven, Leo, vamos a traer a papá dijo desde el gabinete doña Manuela.

Este fenómeno, en las varias formas que iba tomando, no indicaba un cambio externo, sino un cambio tan repentino é importante en el espectador mismo, que el espacio de un solo día de intervalo había sido para él equivalente al transcurso de varios años. La voluntad del ministro y la de Ester, y el destino que sobre ellos pesaba, habían operado esta transformación.

Cornelio miró en la dirección que Horn le indicaba, y no pudo reprimir un grito de sorpresa. Quince o veinte aves se habían posado en una gruesa rama, y se peinaban al sol su plumaje ¡pero qué plumaje! Las tintas más espléndidas, los reflejos más brillantes y variados, todos los colores del prisma se confundían en aquellas plumas.

Aquel «señora nieta» me indicaba que la aurora de mi vigésimasexta primavera iba a conocer la reprimenda de que fueron testigos sus hermanas mayores y que era preciso prestar un oído atento y sumiso a los consejos matrimoniales de la abuela.

Allí el obeso comerciante, cuyo rostro complacido y sonriente, traje obscuro de fino paño y repleta escarcela pregonaban su riqueza y bienestar. Tras él modesta sirviente, llevando la encendida linterna que indicaba á su amo donde poner los pies sin grave tropiezo.

Se decía, y muchos lo creían, que un indio disparó una vez una flecha contra la letra, y que, al tocarla, cayó la flecha al suelo hecha pedazos, sin haberle causado el menor daño á la letra. El efecto de la divisa, ó mejor dicho, de la posición que ésta indicaba con respecto á la sociedad, fué poderoso y peculiar en el ánimo de Ester.