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Actualizado: 24 de junio de 2025
En las hojas de aquel ancho cuaderno de satinadas tapas negras, presentía una dolorosa revelación. En tanto Laura, recordando vagamente que había dejado el diario en la mesita, bajaba la escalera del vestíbulo. Pero se paró, indecisa, como retenida por una preocupación.
Febrer, desconcertado por las vehemencias cariñosas del payés y la curiosidad respetuosa de sus dos hijos, plantados ante él, no acertaba a coordinar sus recuerdos. El buen hombre adivinó este olvido en su mirada indecisa. ¿De veras que no le reconocía?
Hablando así la dama abrió la puerta y con la claridad indecisa que de la escalera venía pudo Salvador verla y advertir que parecía dispuesta a salir también.
Realmente empezamos á ser viejos añadió sonriendo , y sentimos necesidad de rozarnos con la juventud... ¿Era tu amante?... ¿Es él quien motiva tus preocupaciones? La duquesa palideció ante estas preguntas, mostrándose indecisa. Luego quiso hablar. Se notaba en ella el apresuramiento del que desea sincerarse; pero á su palidez sucedió una oleada de rubor.
Lo que había de más sensible en aquel carácter un poco difuso, como si estuviera cubierto de una capa de polvo de soledad, y cuyos rasgos originales comenzaban a desgastarse, era una especie de pasión indecisa y no extinguida al mismo tiempo, por el gran lujo, los grandes placeres y las vanidades artificiales de la vida.
Cabe anchurosa playa de fina y suave arena y al pié de una montaña cubierta de verdor, hallé en mi patria asilo bajo arboleda amena, y en sus umbrosos bosques, tranquilidad serena, reposo a mi cerebro, silencio a mi dolor. Hoja seca que vuela indecisa y arrebata violento turbión, así vive en la tierra el viajero, sin norte, sin alma, sin patria ni amor.
Estremecida por este pensamiento, Liette tomaba la pluma y escribía: «Señor conde.» Después se detenía de nuevo indecisa y turbada. ¿Qué hacer? Estaba dando vueltas en la mente por centésima vez a esta cuestión, cuando se paró a la puerta una «charrette» inglesa y Eva apareció en el umbral conmovida y agitada. La joven, sin más preámbulos, se echó en los brazos de la anciana admirada.
Los pensamientos de Eppie se habían sucedido muy activos, mientras que oía la discusión entre el padre a quien amaba desde hacía mucho tiempo y aquel nuevo padre desconocido, aquel nuevo padre que bruscamente había venido a ocupar el sitio de la sombra negra e indecisa que había puesto el anillo nupcial en el dedo de su madre.
Me hubiera gustado encontrarte allí... Estoy segura de que me darías la suerte. Luego quedó indecisa. No pensaba volver á Villa-Sirena, donde sólo vivían hombres; tenía la convicción de que era allí un estorbo. Ven á verme una mañana. El coronel sabe dónde vivo. Ven, y te reirás viendo cómo está instalada la duquesa de Delille... Es algo interesante.
Prosiguió ésta encendida é indecisa bastante tiempo. Por una y otra parte se peleaba con vivo ardor. Los de Lorío, engreídos por sus victorias pasadas y confiados en sus fuerzas, se lanzaban con impetuoso alarde sobre los de Entralgo.
Palabra del Dia
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