Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de octubre de 2025
En tanto que acaba de restablecerse, que sus ojos recobran su brillo, que en sus mejillas vuelven a florecer las rosas de otros tiempos, canta noche y día, viéndose en el momento de adornarse soñando con el deleite que, como una embriaguez desconocida, inconcebible, va a invadirla por completo en esas horas de fiesta.
Muchos se pasaron al bando del Majito, sin darse la razón de ello; otros permanecieron abajo, y todos tiraban, soldados bravos, saliendo a la primera fila y desafiando el proyectil que venía. Bajarse, elegir el guijarro, cogerlo, hacer el molinete con el brazo y lanzarlo, eran movimientos que se hacían con una celeridad inconcebible.
«Va á venir», pensaba, encontrando incomprensible esta ausencia, mientras en torno de él roncaban los compañeros exhalando un vaho alcohólico. La tranquilidad de la noche acabó por infundirle un nuevo miedo, más intenso que todos los que llevaba sufridos. Adivinó que iba á pasar algo extraordinario, algo inconcebible, cuyo misterio aumentaba su pavor. Y así fué.
Le hice repetir la noticia que me trajo y que me parecía inconcebible. La señorita Porhoet había recibido la víspera, de manos del señor Laubepin, un pliego ministerial, que le anunciaba que era puesta en plena y entera posesión de la herencia de sus parientes de España.
Pero si no hay nada absolutamente, la serie no A, A, es inconcebible, pues la relacion del A, en cuanto comienza carece de término de comparacion, real ó pensado, á no ser que finjamos un tiempo puro, enteramente vacío, donde imaginemos colocados los términos de la serie.
La leche es muy buena, en efecto respondió el microbio local ; pero ¿y el ácido fénico? ¿El ácido fénico? exclamó el microbio de la gripe . ¿Pero usted cree en el ácido fénico? ¡Hombre! Los médicos aseguran... ¿Pero es que cree usted en los médicos?... Que un hombre crea en los médicos, pase. Lo inconcebible es que un microbio, que está en el secreto de estas cosas, les haga caso ninguno.
Esto iba a responderle yo al mismo tiempo que me acercaba a su cama con Lita y Mari-Pepa, hechas un mar de lágrimas, mientras quedaba Facia arrimada a la pared del fondo con los brazos cruzados, la cabeza inclinada sobre el pecho y los ojos, secos, entristecidos e inmóviles, clavados en la faz cadavérica de su amo, cuando éste volvió a exclamar, pero con un brío inconcebible en su estado miserable: ¡Sabas! ¡Sabas!...
En cuanto a él, no sabía cómo disculparse para salir del paso. Mi situación... aquel maldito negocio... dijo apartando la mirada. Todo mentira; ya lo sé. Me dejaste a sangre fría, con una perfidia inconcebible... Ahora... ¡tú lo has querido! Nada puede haber entre nosotros. Estaban solos; no había en torno paseantes, jardineros ni guardas; nadie.
De aquellas largas entrevistas salía rejuvenecida, los ojos brillantes, el pie ligero, saludando con afecto a personas a quienes en otra ocasión hubiera dirigido una fría y desdeñosa cabezada. Luego Raimundo la llenaba de asombro, a lo mejor, con algún acto inconcebible de candor infantil. El muchacho quedó confuso al verla delante; se puso colorado hasta las orejas.
Y eso que la imagen de su esposa, más rubia que un canario y más colorada que una rosa de Alejandría, miraba al cielo con una expresión mística que jamás él la conociera. El Duque hablaba de enviar el retrato al Salón de París. Mientras Ventura leyó la gacetilla, no le quitó ojo, escrutando con anhelo inconcebible los rasgos de su fisonomía. Pero ésta permanecía inalterable.
Palabra del Dia
Otros Mirando