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Como reflejo de la situación del ánimo, recrecido el odio con la progresión de la desgracia, hacía para Essex estudio de los sucesos políticos cuya fuerza obligaba al Rey á inclinarse cada vez más á la paz. Instigábale más que nunca á que hiciera entender secretamente á Isabel el peligro gravísimo que amagaba.

Muy grande, muy hermosa y muy llana respondió Bermúdez inmóvil y rígido , y muy entretenidas esas cosas que decís que se oyen debajo del barco: todo está muy bien, menos esta condenada postura que no me deja gozarlo. Esto es un despeñadero. Pues cuidadito ahora le advirtió Leto sonriéndose , porque va a inclinarse un poco más.

TERPSY. Yo, hija mía, le digo a usted la verdad... Usted no sabe sentarse ni levantarse; usted no sabe acostarse... ¡Usted no sabe andar...! ¡Usted no sabe inclinarse...! Procure usted designar un objeto; este jarrón... Y diga: «¡He aquí un jarrón...!»

Sólo son mitológicos los nombres, y su ingeniosa fábula, original de Calderón. Consiste en una disputa entre Venus y Diana acerca de cuál es más fuerte, el odio ó el amor: pruébanlo en un mortal, y la balanza tarda largo tiempo en inclinarse; pero al fin vence el amor. Fineza contra fineza.

Desde aquel sitio, se veía sin ser visto, á todo el que pasara, á menos de poner un poco de su parte, con buena voluntad, é inclinarse como para coger las clemátides que tapizaban el muro y pendían hacia fuera. Pero Herminia no pensaba inclinarse, sino ver, y esto era ya en ella muy extraordinario.

Tenemos pues que este cuerpo solo, es un absurdo, en no llenándose el volúmen indicado por las capacidades contenidas en los ángulos entrantes. Con el resultado anterior concuerda de un modo particular, lo que notamos en la naturaleza; la cual parece inclinarse á terminarlo todo por líneas y superficies curvas.

Entonces, ¡si hubieses visto sus hermosos ojos inclinarse hacia el suelo, sus largas cejas fruncirse ligeramente, sus mejillas colorearse con un tinte vivo y fugaz! El ángel se ha ruborizado; entonces no era más que una mortal, pero una mortal adorable ¡y adorada! iba a decir, ¡qué locura! He aquí lo que me han contado.

Y por el monótono desierto de la vida, allá fué marchando la lenta caravana de mis melancolías. Un domingo de Agosto, de mañana, dormitaba en la cama, en mangas de camisa, con el cigarro apagado entre los labios, cuando la puerta se abrió suavemente y entreabriendo los párpados adormilados, inclinarse a mi lado una calva respetuosa.

Quando los que aseguran una cosa son hombres de buena fe, aunque una, ú otra vez falten á la verdad, porque no examinaron debidamente el suceso, no han de tratarse como los que son mentirosos, antes por el contrario conviene oir lo que refieren, combinarlo con lo que otros dicen sobre el mismo asunto, ver si han puesto la atencion necesaria para asegurarse de la verdad, atender todas las circunstancias del hecho, y en fin observar la gravedad, ó pequeñez de la cosa que cuentan, y bien exâminadas estas cosas, inclinarse al asenso, ó disenso.

Algunas veces Lázaro creía ir convenciéndose de que la tierra era el asiento del mal, como le habían dicho sus maestros: todo, al parecer, le incitaba para inclinarse a esta opinión. Mezclado con su amor a la humanidad, empezaba a sentir desprecio hacia el hombre, ser extraño, ridículo y sublime al mismo tiempo, que con frecuencia es malo, pero que algunas veces es peor.