Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 15 de mayo de 2025
El conde imponia tiránicamente á los cristianos que estaban debajo de su patrocinio las mas exorbitantes contribuciones, vendía los sacerdocios, causando con esto el escándalo de que el seglar metiese la hoz en lo sagrado, y de que la Iglesia recibiese ministros poco dignos.
Hablábase con insistencia, en aquellos días, de una posible sublevación de todos los moriscos de España, ayudados por el turco. En algunos palacios de la ciudad se celebraban frecuentes reuniones, donde se cambiaban noticias y se discutían pareceres. La casa del señor de la Hoz era al presente, todos los miércoles y domingos, un hormiguero de eclesiásticos y grandes señores.
En pie, cerca de ellos, con una hoz en las manos, vieron a un paisano viejo, la faz demudada, los ojos inyectados en sangre por la cólera, el cual, encarándose con Rosa, vociferó más que dijo: Oye, grandísima pendona, ¿no te he dicho ya que si la vaca volvía a saltar a la tierra te iba a cortar las orejas?... ¿Sabes que me están dando intenciones de hacerlo para que aprendas de una vez a tener más cuidado, mala cabra?
Álvaro Cubillo de Aragón. Juan de la Hoz. Antonio de Solís. Agustín de Salazar. ANTONIO HURTADO DE MENDOZA provenía de una familia noble, oriunda de las montañas de Burgos. Distinguióse ya como poeta dramático en vida de Lope de Vega , y una de sus mejores obras de esta especie, El galán sin dama, hubo probablemente de escribirse hacia el año de 1620.
A la calle se habían arrojado cuantos objetos mortíferos se creyeron convenientes para hostilizar a los dragones, y aun después del combate surcaban la arena turbios arroyos de agua hirviendo, que, mezclada con la sangre, producía sofocante y horrible vapor. En algunas ventanas vimos cadáveres que pendían con medio cuerpo fuera, apretando aún en sus crispados dedos la hoz o el trabuco.
Y rebuscando en el saco de sus herramientas, escogió una hoz, la atravesó en su faja y salió de la vivienda, sin que Pimentó intentase atajarle el paso. A tales horas nada malo podía hacer el viejo: que durmiese al raso, si tal era su gusto. Y el valentón, cerrando la barraca, se acostó.
Como que acabo de llegar de haber dado escolta de honor á don Baltasar de Zúñiga, que va de embajador á Inglaterra. ¡Pero si don Baltasar no se mete en nada! ¿Cómo que no se mete y estaba metido de hoz y de coz en el cuarto del príncipe?
La luna nueva se puso temprano, bajando al horizonte como una hoz, rodeada de aureola blanquecina que anunciaba más calor para el día siguiente. Las recogidas formaban diferentes grupos sentadas en el suelo y en la escalera de madera que comunica el corredor principal con la huerta, y se quitaban las tocas para disminuir el calor de la piel. Algunas miraban el motor de viento que seguía inmóvil.
Barret sintió que toda su sangre le subía de golpe á la cabeza, que reaparecía su borrachera, y se incorporó, tirando de la hoz.... ¿Y aún dicen que el demonio no es bueno? Allí estaba su hombre; el mismo que deseaba ver desde el día anterior. El viejo usurero había vacilado mucho antes de salir de su casa. Le escocía algo lo del tío Barret; el suceso estaba reciente y la huerta es traicionera.
Por fin, pocos días antes de la muerte de don Íñigo, volvió a recibir un billete en el cual le manifestaban que Ramiro era hijo de doña Guiomar de la Hoz y de un moro de Córdoba; y que si acudía tal día, a tal sitio y a tal hora, se le haría conocer toda la historia del nacimiento. Don Alonso dirigiose al lugar de la cita, acompañado de un solo lacayo.
Palabra del Dia
Otros Mirando