United States or Antigua and Barbuda ? Vote for the TOP Country of the Week !


Escuche sin interrumpirme, como hacen las jóvenes que asisten á mi cátedra. Al final me expondrá sus dudas, si es que las tiene, y yo le contestaré. Después de este preámbulo, el profesor empezó su lección. Usted sabe, gentleman, quién fué el primer Hombre-Montaña que visitó este país. Hasta creo que el tal gigante dejó escrito un relato de su viaje, y usted debe haberlo leído, indudablemente.

Las señoras y señoritas de las galerías se agitaron aspirando con deleite esta esencia desconocida. Las mamás hablaban entre ellas, buscando semejanzas y similitudes con los perfumes de moda entre el sexo masculino. Algunas concentraban su atención para poder explicar en el mismo día á los perfumistas de la capital la rara esencia del Hombre-Montaña, y que la fabricasen, costase lo que costase.

En cuanto á , gentleman, lo que deseo con más vehemencia es poder meterle por la cabeza á Momaren, Padre de los Maestros, esta túnica y estos velos que ahora me cubren, arrebatándole á él para siempre los pantalones. En el que el Padre de los Maestros visita al Hombre-Montaña

Como Ra-Ra vivía entre los esclavos del puerto, y éstos guardaban cierta relación con aquella otra gente todavía más inferior que acompañaba al gigante, había recibido ciertas confidencias sobre peligros que amenazaban al Hombre-Montaña. Son noticias todavía vagas continuó Popito . Nuestros amigos sólo han podido sorprender hasta ahora palabras sueltas.

El Padre de los Maestros, aceptando las sugestiones de su vanidad, creía que este varonista, enemigo del orden, había sugerido al Hombre-Montaña la idea de interrumpir su tertulia en el momento preciso que el gran Golbasto recitaba sus versos, para quitarle así un gran triunfo literario.

Sólo había quedado un aparato volador, algo antiguo, para los servicios extraordinarios, y su tripulación estaba compuesta de señoras maduras, movilizadas por la guerra, que habían permanecido largos años sin ejercer sus habilidades de guerreras del aire. La máquina, que tenía la forma de una paloma, no osó aproximarse mucho al Hombre-Montaña.

Mi querido profesor Flimnap gritaban , siempre he sentido una gran admiración por su sabiduría y soy de los que creen que la patria no le ha dado hasta ahora todo lo que merece por su gran talento. Cuénteme algo del Hombre-Montaña. ¿Es cierto que se alimenta con carne humana, como van diciendo por ahí los hombres en sus charlas y chismorreos?...

Al venir aquí esta tarde, presentía confusamente que algo nuevo y grato iba á ver en el alojamiento del Hombre-Montaña. Por eso me inspiró una simpatía repentina este gigante. Hasta le encontró en los primeros momentos cierta semejanza contigo. Era, sin duda, el presentimiento de que te habías refugiado bajo su protección.... Pero ¡ay, si llegasen á descubrirte!

Los aparatos aéreos emprendieron el vuelo, desapareciendo igualmente, y sólo quedó uno flotando en el espacio, con el pico vuelto hacia la ciudad, pues á sus tripulantes parecía interesarles más lo que pasaba en ella que la vigilancia del Hombre-Montaña. También había disminuído considerablemente el número de los esclavos encargados de su cuidado y vigilancia.

No intentó en el resto de la tarde ni durante la noche subir á la colina donde estaba el prisionero; pero fué en busca de los periodistas que le perseguían días antes con sus elogios y ahora le trataban con cierta protección compasiva, como si viesen en él otra vez á un pobre profesor algo maniático. Estos sujetos podían darle noticias del Hombre-Montaña.