United States or Iraq ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ahora viene lo bueno dijo el pastor. Aguarde usted, aguarde usted continuó la niña y verá lo que sucedió. Pues señor, el hombre se volvió a su casa tan contento, que no le cabía el corazón en el pecho. «¡Qué holgorio van a tener mis hijos!», decía. Cuando llegó, ya la cigüeña había traído al niño, el cual estaba en la cama con su madre.

Cuando entró en casa de la de Barrientos, no se atrevió pasar del vestíbulo, porque oyó mucho holgorio en la sala: voces y carcajadas y bailables tocados al piano, que se interrumpían para cantar nombres, aclamados y festejados con risas y redobles de teclas.

La conjunción significaba que dos naciones se unirían contra él; el cometa que él los vencería á todos, y el anillo de la luna á cualquiera se le alcanzaba que era signo de la inmortalidad. Efectivamente: chocolate, y del mejor de Torroba, era el que durante los solemnes augurios tomaba, merced á la gratitud generosa de los Orejones. En el bautismo hubo un holgorio que déjelo usted estar.

Así llegué a una tribu de indios pirios, que me creyeron un ser sobrenatural. Hicieron fiestas en mi honor y me regalaron una doncella joven para mi holgorio; se llamaba Atarbelia, morenita ella, bien formada. Luego la quemaron viva para que no tuviese descendencia de blanco. Es una costumbre. Yo no si Sindulfo dice la verdad o si es folletín ambulante.

Estaban también aquellas que no podían faltar dondequiera que hubiese holgorio, verbigracia: Pepa Frías, Lola Madariaga, etc. Había hombres de negocios, personajes políticos, títulos rancios y nuevos. Al montar en el tren podía observarse la solicitud servil de los empleados de la estación, la extrema turbación que en aquel recinto producían los poderosos de la tierra.

Claro que los muchachos que se habían reunido en la cañada para presenciar el tiroteo se indignaron, y su indignación se hubiera manifestado por medio del sarcasmo, a no ser una cierta mirada en los ojos del socio de Tennessee, que indicaban una actitud muy poco favorable al holgorio.

Apeles, por quien no pasan días y que ha estado en Roma una buena temporada, se la trae de allí y la instala en su casa, á pesar de su virtuosísima y severa madre, que vive todavía. La casa de Apeles es un perpetuo holgorio; mucho festín, mucha francachela y mucho brindis.

Será el reinado del Espíritu Santo, o sea del amor puro, sin disciplinas ya, sin abstinencias, sin cilicios y sin duelos y quebrantos, sino todo deleite, holgorio e incesante gaudeamus. El estilo del Sr. Gener, lleno de lirismo, aunque escribe en prosa, produce en el lector no pocas dudas. ¿Hasta qué punto quiere el Sr.

Bonifacio ocultaba a su mujer que andaba en aquellos tratos, que era el alma de la proyectada fiesta; pero ella supo que el concierto se preparaba, y que su Bonis era factor del holgorio, que iba a ser cosa rica.

«Pero Nepomuceno, Körner, el primo Sebastián, Marta, las de Ferraz, Minghetti, no iban a parir; ¿por qué no se atrevía con ellos? ¿Por qué no echaba de casa a los parásitos? ¿Por qué no ponía orden en los gastos, y orden en las costumbres de su hogar, inundado por aquel holgorio perpetuo?... Sobre todo, ¿por qué no se encerraba con Nepomuceno y le decía: ¡Eh, eh, amiguito; hasta aquí hemos llegado!