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Actualizado: 30 de junio de 2025
Comienza, pues, Mendieta de cegarse, Vencido de zelillos y locura, De malos procurando acompañarse, Hallando en ellos corte á su hechura. No osaba de los buenos confiarse, Por ser de diferente compostura: A cuatro caballeros aprisiona, Y con mil vituperios los baldona.
Por el abrigo y color general, así como por el dibujo ó hechura, la indumentaria de aquellas gentes recuerda á León y á Galicia. Y es que la provincia de Salamanca forma ya parte de aquel triángulo Noroeste de nuestra España por donde no se va á ninguna parte.
¡Extraña niña! observó el anciano Rogerio. Es fácil ver lo que hay en ella de su madre. ¿Creeréis por ventura, señores, que esté fuera del alcance de un filósofo analizar la naturaleza de la niña, y por su hechura y modo de ser adivinar quién es el padre? No: en tal asunto, sería pecaminoso atenerse á la filosofía profana, dijo el Sr. Wilson.
La que duerme arrullada por el cántico de las ingentes olas del Atlántico; la que empujó a Colón hasta la entraña del mundo nuevo, que copió su hechura; la que llevó a las pueblos fé y cultura y áuras de libertad... Esa es España.
A la hora fijada por el Sr. de Moreno Trujillo, ni minuto más ni minuto menos, llamaba Benina a la puerta del principal de la calle de Atocha, y una criada la introdujo en el despacho, que era muy elegante, todos los muebles igualitos en color y hechura. Mesa de ministro ocupaba el centro, y en ella había muchos libros y fajos de papeles.
Una vez hecho, le sucede lo que al famoso escultor griego que se enamoró de su hechura, o lo que al Supremo Hacedor, de quien dice la Biblia a cada creación concluida: Et vidit Deus quod erat bonum. Hizo el ministro su ministerial, y vio lo que era bueno.
Cubrió también de oro las salas. 10 Y dentro del lugar santísimo hizo dos querubines de hechura de niños, los cuales cubrieron de oro. 11 El largo de las alas de los querubines era de veinte codos; porque una ala era de cinco codos; la cual llegaba hasta la pared de la Casa; y la otra ala de cinco codos, la cual llegaba al ala del otro querubín.
Una de dos: o sería hechura de Primitivo y entonces estábamos en lo mismo, o Primitivo le largaría un tiro en la barriga.... Y si hemos de decir verdad, Primitivo no es mayordomo.... Es peor que si lo fuese, porque manda en todos, incluso en mí; pero yo no le he dado jamás semejante mayordomía.... Aquí el mayordomo fue siempre el capellán.... Ese Primitivo no sabrá casi leer ni escribir; pero es más listo que una centella, y ya en vida del tío Gabriel se echaba mano de él para todo.... Mire usted, lo cierto es que el día que él se cruza de brazos, se encuentra uno colgadito.... No hablemos ya de la caza, que para eso no tiene igual; a mí me faltarían los pies y las manos si me faltase Primitivo.... Pero en los demás asuntos es igual.... Su antecesor de usted, el abad de Ulloa, no se valía sin él; y usted, que también ha venido en concepto de administrador, séame franco: ¿ha podido usted amañarse solo?
Porque la cosa era grave... ¡Un hijo del Delfín! ¿Sería verdad? Virgen Santísima, ¡qué novedad tan estupenda! ¡Un nietecito por detrás de la Iglesia! ¡Ah!, las resultas de los devaneos de marras... Ella se lo temía... Pero ¿y si todo era hechura de la imaginación exaltada de Jacinta y de su angelical corazón? Nada, nada, aquella misma noche al acostarse, le había de contar todo a Baldomero.
En una de esas guerras imperiales que tenían por objeto dar a España un soberano a hechura de nuestro señor, los franceses, hostigados por los guerrilleros, se vengaban, según el uso inmemorial de los héroes, recorriendo el país a la claridad del incendio. De pronto llegan a una población que seguirá la suerte de las otras, cuando a alguien se le ocurre preguntar su nombre: es Toboso.
Palabra del Dia
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