Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 4 de junio de 2025


Cuando el hagib Almanzor usurpando al menguado Hixem II su autoridad gobernaba la monarquía cordobesa, tenia su palacio al norte del alcázar real, y sus jardines se estendian á todo lo que es hoy huerta del rey, entre el arroyo del moro y las heras de la salud.

La monarquía asturiana y leonesa, tan llena de gloria antes, cubierta de oprobio ahora por el forzado reconocimiento de Castilla como condado independiente, y por haber trabado alianza con los infieles para domar á sus vasallos sediciosos, cree llegada su hora postrera: el victorioso Almanzor pasea por ella sus banderas triunfadoras y nunca humilladas, invade las marcas españolas, apodérase de Barcelona, conquista á Leon forzando sus montañas y obligando al enfermizo Bermudo á refugiarse en Oviedo con sus tesoros y reliquias, entra en Galicia asistido de caudillos cristianos traidores que reciben del pródigo hagib pingües remuneraciones , alarga la pujante mano á Santiago de Compostela, á la famosa Caaba de los bautizados de Occidente, y vuélvese á Córdoba á ocupar con magestad el usurpado trono, haciendo que los míseros vencidos acompañen á sus veloces ejércitos llevando en hombros las campanas bendecidas del gran templo profanado.

Aunque Almanzor era solamente hagib ó primer ministro del verdadero califa, Hixem II, mandaba de hecho como rey, y por tal le tenia el pueblo castellano. Véase pág. 189. Ambrosio de Morales, Crón. lib. XVI, cap. 45. S. Zoil y S. Félix, que llevó al famoso monasterio de Carrion.

Consistia en una túnica de tisú de oro y un albornoz de lo mismo, con un cinturon de oro purísimo sembrado de perlas y rubíes, tan gruesos y bellos que no sabia el rústico cristiano quitar de él los ojos mientras el oficioso hagib le endosaba la rica vestidura.

Ya no es posible formarse una idea exacta del aspecto que presentaria esta cámara cuando acabó de decorarla al estilo africano el hagib Almanzor: una espesa capa de cal cubre y desfigura las labores de estuco pintado y dorado que convertian sus paredes en primorosa filigrana; su belleza, mejor apreciada en la edad de hierro de la reconquista, se oculta hoy olvidada y oscurecida despues de haber servido con brillantez á la primera catedral cristiana de Córdoba, que hizo de dicha cámara su rico vestíbulo; y la hermosa convertida, que halló gracia á los ojos del austero S. Fernando, no ha alcanzado piedad en nuestros dias de tolerancia y de indiferentismo, y ahí permanece arrinconada, vergonzante, cubierta de polvo, esperando el dia de su rehabilitacion, y dando gracias sin embargo á su nuevo dueño porque, aunque la tiene envuelta en una fria mortaja de yeso y cal, al menos no la ha mutilado y reducido á polvo para poner en su lugar una capilla churrigueresca ó greco-romana .

En vano pugnaron las huestes del hagib por la integridad del Califato en los campos de Calatañazor; el Estado y el arte siempre mueren juntos.

Del pabellon occidental le llevaron á otra pieza que caía al norte del mismo, donde le hicieron sentar en un almohadon de brocado de oro. Presentósele allí el hagib Ja'far Al-mus'-hafí, y despues de conversar con él algunos instantes confirmándole en la gracia y buena amistad de su señor, hizo le trajesen una vestidura de honor que el califa le regalaba.

El hagib de quien hablamos no era el primer ministro del meznar ó consejo del califa, sino simplemente uno de sus camareros. Este cargo se alteró bajo los últimos Umeyas, cada uno de los cuales tenia un gran número de hagibes. Azzahra viene de la palabra árabe zahra, que significa flor. D. Alfonso VI, conquistador de Toledo.

Podia el Andalús celebrar con locas demostraciones de júbilo su triunfo; pero el Africa estaba ya vengada, porque todo era en Córdoba africano: el hagib, el ejército, las autoridades, la vida pública y privada, la arquitectura que es su fórmula material, todo en suma.

Supónese que no contento el altivo hagib de Hixem II, ó mas bien su tirano, con haber hecho lo que dejamos referido, fué él tambien el que reformó la capilla de la tribuna desde donde se pregonaba la alicama, bajo la cual estaba el tesoro . Quiso sin duda rivalizar en magnificencia con Al-hakem y dejar al amparo del edificio religioso algun recuerdo duradero de la galana imaginacion de sus amines , presintiendo quizá la triste suerte que amagaba á su predilecta fundacion de Azzahira, muestra suntuosa de la cultura de su tiempo ilustrada con lágrimas de sus ojos . Tal vez existian ya á manera de ventanas en los dos costados de norte y mediodia de la referida tribuna, los dos atrevidos arcos dobles de diez y siete piés de vano que hoy tiene, iguales en sus columnas y en su medida á los de la gran línea de pilares de Al-hakem que corre de oriente á ocaso; pero si realmente estaban ya construidos, si no era la decoracion esterior de esta capilla análoga á la de la central frontera al Mihrab, indudablemente su intrados era liso y los adornos de su archivolta, si los tenia, eran de un gusto que pasaba ya por anticuado.

Palabra del Dia

dermatológicas

Otros Mirando