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Actualizado: 3 de mayo de 2025
Tornó ella a salir, quedose él otra vez esperando más desazonado que antes, y en un abrir y cerrar de ojos apareció de nuevo la del hábito ratonesco diciendo de mal talante: Señor, era equivocasión; esa señora ha salido ya; era error que cometíamos; no estaba, hoy que hasía su guardia. Elle est partie.
Yo haré relacion de lo que he visto. Al dia siguiente de mi llegada á la capital de Francia, fuíme al Cuartel Latino á visitar dos casas célebres: la que habitó últimamente Robespierre y aquella en que vivia Marat cuando la heróica Carlota Corday libró á la humanidad de tan furibundo demagogo.
La va trabajando el hábito, se olvida de sí misma, se resigna inconscientemente a la trivial realidad que el destino le depara. Sus necesidades espirituales son tan hondas como su incapacidad para resistir el ambiente que la rodea. Pesa sobre ella el fatalismo ancestral.
¿Sería, en efecto, este hombre, que bajo el pobrísimo hábito de religioso encubría sus malos actos, responsable de la muerte del desgraciado Blair y de la misteriosa desaparición de ese pequeño y extraño objeto, que era su más preciado tesoro? No sé por qué, tenía el convencimiento de que esta sospecha era una realidad.
Sancho quedó pasmado de la hermosura de la moza, y preguntóle quién era, adónde iba y qué ocasión le había movido para vestirse en aquel hábito.
Levantaron los manteles y, estando en esto, vi venir un caballero con dos criados por la huerta adelante, y cuando no me cato, conozco a mi buen don Diego Coronel. Acercóse a mí, y como estaba en aquel hábito, no hacía sino mirarme. Habló a las mujeres y tratólas de primas; y, a todo esto, no hacía sino volver y mirarme.
Era muy guapa, y con el hábito blanco de novicia, la cabeza prisionera de la rígida toca, muy coloradas las mejillas, lucientes los ojos, los labios hechos fuego, las manos en postura hierática y la modestia y castidad más límpida en toda la figura, interesaba profundamente.
Muchos, por otra parte, concurren por hábito; otros, sobre todo las mujeres, para ver y ser vistas; otros que van a los toros, no se divierten, padecen, pero que quedan, merced a la parte carneril, de que fue liberalmente dotada nuestra humana naturaleza.
Ibamosle delante los tres dedicados a su asistencia con el Santo Cristo en las manos y como en su autorizada guarda la noble piedad del Muy Ilustre Señor Don Francisco Truyols, Gobernador que fue de la isla de Ibiza y Maese de Campo de un Tercio de Españoles y hoy General de la Artillería y Don Berenguer de Homs, reciente Jurado en Familiar, del hábito de Alcántara, que a sus veces exhortaban también al penitente al oído.
Había que quedar bien, y en todos los pueblos volteaban corderos enteros sobre las hogueras; corrían a espita rota los toneles de las tabernas; se distribuían puñados de pesetas entre los más reacios o se perdonaban deudas, todo por cuenta de don Ramón; y su mujer, que vestía hábito para gastar menos y guisaba la comida con tal estrechez que apenas si dejaban algo para los criados, era la más espléndida al llegar la lucha, y poseída de fiebre belicosa, ayudaba a su marido a echar la casa por la ventana.
Palabra del Dia
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