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Actualizado: 3 de junio de 2025
Se rellenan las hojas de acelga con tarsa, se rebozan con harina y huevo batido y se fríen. Al servir estos paquetitos se rocían con la salsa que más guste. PATATAS FRITAS. Córtense patatas para freír, largas y de regular grueso; fríanse en aceite que no esté muy fuerte, pues se secarían, quedando crudas por dentro; se espolvorean, y sirven en una fuente con servilleta.
Estoy dispuesto a seguirle al instante... Si usted me permite, encenderé el quinqué para quitarme las zapatillas y ponerme los zapatos... Todo lo que usted quiera, señor excusador se apresuró a decir. Puede usted tomarse el tiempo que guste y mandar a la cárcel cuantos efectos tenga por conveniente. El sacerdote sacó un fósforo y se dispuso a encender el quinqué. El juez quedó estupefacto.
El gusto bizantino reinaba ya á fines del siglo X en casi todo el Occidente; por lo tocante á Francia y á los paises que componian el dilatado imperio germánico, puede el que guste cerciorarse de esta verdad con solo hojear rápidamente las obras que acerca de la historia del arte se han publicado en estos años últimos, y principalmente Le moyen âge, etc., de M. Ferdinand Seré, y la concienzuda serie titulada Die Ornamentik des Mittelalters del arquitecto Heideloff.
No, no bailaré le repliqué. ¿Ni siquiera conmigo? exclamó con cierto asombro. Ni con usted ni con nadie. Haga como guste concluyó con cierta sequedad. No le hablé más en toda la noche y la rehuía perdiéndola de vista lo menos posible. Oliverio llegó pasada ya la media noche.
¿Qué vamos á poner? contestó el P. Sibyla. El General pondrá lo que guste, pero nosotros, religiosos, sacerdotes... ¡Bah! interrumpió Simoun con ironía; usted y el P. Irene pagarán con actos de caridad, oraciones, virtudes, ¿eh?
Uno de ellos llegó a decirle: Véngase conmigo, D. Andrés; saltaremos a ese prado, y yo le llevaré a un sitio donde esos perros pachones no den con usted... Por la noche se puede ir adonde guste. Pero todas las instancias fueron inútiles. El joven se obstinó en no moverse del sitio.
Allí estaban los ocho mil reales. Podía hacer don Ramón lo que quisiera. Ellas confiaban en él como si fuese su padre. Bueno; compraré Cubas. El pollo pasará por aquí cuando guste, para que le entere de la marcha del capitalito. Y don Ramón les acompañó hasta la mampara, cobijando con mirada amorosa de padre a sus tres clientes.
Y Desnoyers se alarmaba, dando suelta á su mal humor, cuando por la noche iba emitiendo Chichí en forma de aforismos lo que ella y sus compañeras habían discurrido como un resumen de lecturas y observaciones: «La vida es la vida, y hay que vivirla.» «Yo me casaré con el hombre que me guste, sea quien sea.»
¡Es cierto! dijo Arturo con lágrimas en los ojos: me amaba con todo su corazón y yo no me di cuenta de ello, no pensé en corresponderle... ¡Y tenía diez y seis años! ¡Y era encantadora!... No puede usted imaginarse qué linda es... Es la mujer más bella de París. No lo dudo, señor Conde... pero si quiere usted que acabemos el inventario... Como usted guste...
Estoy sumamente agradecido.... La solterona hizo un gesto que significaba: "Como usted guste", ó "No hay de qué," y dijo: Voy á hacer venir una persona para que le cuide. Se despidió con una brusca inclinación de cabeza y salió. Por la noche, el doctor Fortier encontró á su enfermo mucho mejor y le ordenó una sopa y un ala de pollo.
Palabra del Dia
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