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Actualizado: 23 de junio de 2025
Dios guarde á V. E. muchos años. Sala Capitular de Buenos Aires, 21 de Mayo de 1810. Juan José Lezica Martin Gregorio Yaniz Manuel José de Ocampo Juan de Llano Manuel Mancilla Jaime Nadal y Guarda Andres Dominguez Tomas Manuel de Anchorena Santiago Gutierrez Dr. Julian de Leiva. Exmo. Sr. Virey, D. Baltazar Hidalgo de Cisneros." EXCELENTÍSIMO SE
Tampoco enumeraremos, por el mismo motivo, las restantes obras de Matos Fragoso, que forman largo catálogo, apuntando tan sólo dos: El marido de su madre, cuyo argumento es la conocida leyenda de San Gregorio en la Piedra, que ha servido también de fundamento á nuestro poema alemán de Hartmann von der Aue, y El yerro del entendido.
Contó el renegado la industria y medio que tuvo para sacar a don Gregorio; contó don Gregorio los peligros y aprietos en que se había visto con las mujeres con quien había quedado, no con largo razonamiento, sino con breves palabras, donde mostró que su discreción se adelantaba a sus años. Finalmente, Ricote pagó y satisfizo liberalmente así al renegado como a los que habían bogado al remo.
Esta Joaquina es mi esposa, para servir a usía. Quiere mucho a usía y le manda conmigo mil respetuosas y cariñosas expresiones. Mil gracias dijo doña Luz, interrumpiendo a don Gregorio . Deje V. el tratamiento y llámeme de usted, y perdóneme además si le digo con franqueza que aligere su cuento porque me muero de curiosidad. Tenga V. calma, señora marquesa; tenga V. calma.
No estaban los Catalanes y Aragoneses á su parecer enteramente satisfechos, si los Masagetas, con su General Gregorio, principal ministro de la muerte del César Roger, y de los que con él iban, se retiraban á su patria, sin llevar justa recompensa del agravio que de ellos recibieron.
Frasquito y Gregorio le contuvieron. Las mujeres, temerosas, procuraron calmarle. Todo había sido broma. Parecía mentira que tomase en serio las simplezas de Isabel.
Los señores del pueblo se apresuran a visitar al forastero y a ponerse a sus órdenes; y así lo hicieron con D. Gregorio los principales magnates o próceres de Villafría. Claro está que la visita, aunque por cortesía se haga, no es menester que se encierre dentro de los límites de la mera cortesía.
Estaban conmigo Luis Bello, Eugenio Xammar, Wenceslao Fernández Flórez, Gregorio Martínez Sierra y Anselmo Miguel Nieto, cuando un automóvil me atropelló en la calle del Conde del Asalto. El automóvil llevaba una velocidad justa para atropellar a los transeúntes, pero que, con arreglo a las Ordenanzas municipales, resultaba excesiva.
-Advierta vuesa merced -dijo Sancho, oyendo esto- que el señor don Gaiferos sacó a sus esposa de tierra firme y la llevó a Francia por tierra firme; pero aquí, si acaso sacamos a don Gregorio, no tenemos por dónde traerle a España, pues está la mar en medio.
Gregorio Machado era el más rico propietario de todo el Brasil, dueño de muchos fondos públicos y de acciones del Banco, de magníficas fazendas en las provincias de San Pablo y Pernambuco y de florestas dilatadas, donde abundaban las maderas preciosas, en la interior provincia de Mato-Grosso.
Palabra del Dia
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