Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 20 de mayo de 2025


No se arredró por eso. Llamó suavemente en el ventanillo que estaba contiguo á la cocina, donde supuso que dormiría el minero. No respondieron. Llamó de nuevo y oyó la voz del tío José, el dueño de la casa: ¿Quién anda ahí? Soy yo, tío José. ¿Quién eres ? Nolo de la Braña. Vengo de parte del tío Goro á decirle á usted dos palabras. Es cosa muy urgente.

El tío Goro de Canzana sonríe siempre, pero sus ojos se humedecen al recordar los tiempos heroicos de su juventud. Eso está bien manifestó otro vecino y no es faltar á la ley el que los rapaces se den alguna vez dos vardascazos; las manos se sueltan y el pellejo se endurece.

Así habló el tío Goro de Canzana, y el coro de viejos y viejas que le escuchaba aplaudió calurosamente su discurso. Sin embargo, el anciano capitán sudaba ya por todos los poros del cuerpo. Sus fuerzas mermaban á ojos vistas. Mas antes que confesarlo hubiera caído exánime á los pies de su pareja.

Después me dijeron que iban á llevarme á Oviedo y vestirme de señora... ¿Y no te alegras de eso? preguntó Nolo sin levantar los ojos. No respondió secamente la zagala. Hubo una pausa. Nolo volvió á preguntar tímidamente: ¿Será por el tío Goro y la tía Felicia? Te han criado como padres y los quieres como si lo fuesen... , por ellos es... y por ti también añadió rápidamente y en voz más baja.

Bajó á la cocina, tomó una vasija y se fué derecha al establo. Pero allí ¡oh sorpresa! se encontró con que el tío Goro ya se le había anticipado. Padre, ¿por qué se ha levantado usted? Hija respondió Goro gravemente, hoy es el día de la Virgen y tendrás demasiado que hacer.

Reunióse en la cocina la familia con los jornaleros y Felicia se dispuso á darles de cenar. El tío Goro y Nolo se sentaban en el escaño que tocaba con el lar. Debajo de ellos y entre sus piernas los dos pequeños. Enfrente y en sendas tajuelas el cantero y el zagal del ganado. En cuanto á Felicia, andaba de un lado á otro sin sentarse jamás, ni aun después de hacer plato á todos.

¡, ella era! ¡Cuánto tiempo, cuánta astucia, cuánta saliva habían gastado para averiguar aquel secreto sin conseguirlo! Y ahora se les venía á las manos cuando menos lo imaginaban. Habían sido de los primeros en sospechar que Demetria no era hija del tío Goro y la tía Felicia.

Un día, porque se le olvidó el nombre de la hoz, le rompió el mango sobre las costillas. Y hasta la misma guitarra portuguesa con un gran lazo verde que había traído de Córdoba corrió grave peligro de ir al fuego entre las astillas si á tiempo no la esconde en casa del tío Goro, su vecino.

Cuando me contesten manden la carta á la posada de Felisa, en la Puerta Nueva, que allí la recogerá la muchacha. Adiós, queridos padres. Muchos besos, muchos, muchos. Un silencio profundo interrumpido solamente por los sollozos de la tía Felicia siguió á la lectura de esta carta. El tío Goro y Nolo quedaron largo rato inmóviles con la cabeza baja y mirando al suelo.

El tío Goro, viéndola tan feliz, sonreía y se olvidaba de que las judías no tenían sal y los puches estaban medio crudos. Nolo la preparaba de vez en cuando alguna sorpresa, un mirlo con su jaula, un jilguerito, una pareja de palomas torcaces. Pero lo que le dió más alegría, lo que hizo realmente época en su vida, fué el regalo de un corzo de cría que el zagal había logrado cazar.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando