Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 9 de noviembre de 2025


-Está bien cuanto vuestra merced dice -dijo Sancho-, pero querría yo saber, por si acaso no llegase el tiempo de las mercedes y fuese necesario acudir al de los salarios, cuánto ganaba un escudero de un caballero andante en aquellos tiempos, y si se concertaban por meses, o por días, como peones de albañir.

Inmóvil en el corredor, sentía en torno de él el revoloteo nervioso de los periodistas, aquella juventud pobre, inteligente y simpática, que se ganaba el pan duramente, y desde su tribuna les contemplaba como los pájaros miran desde el árbol las miserias de la calle; riendo ante los disparates de las solemnes calvas, como ríe en los teatros el público sano y alegre de la galería.

Encontraba un tesoro inmenso, cientos de vasijas sepulcrales repletas de oro. Salvaba al ejército en una terrible sorpresa. Ganaba él mismo numerosas batallas. Era hecho Virrey... Al día siguiente un alguacil de la Santa Inquisición diole, en su propia mano, una cédula por la cual se le llamaba a testificar, por segunda vez, en el proceso de los moriscos.

Cuando ganaba se permitía lujos desenfrenados, como ir al teatro de la Infantil y ver todas las funciones desde la primera a la última, convidarse a chuletas con tomate en cualquier taberna, ir a los bailes vespertinos de criadas y costureras, donde danzaba y hacía conquistas.

Nunca he estado mejor dijo Rubín, sintiendo que la timidez le ganaba otra vez. No hagamos simplezas... Hace un frío horrible. ¡Qué año tan malo! ¿Creerás que anoche no pude entrar en calor hasta la madrugada? Y eso que me eché encima cuatro mantas. ¡Qué atrocidad! Como que estamos entre las Cátedras de Roma y Antioquía, que es, según decía mi Jáuregui, el peor tiempo de Madrid. v

Con toda franqueza y hasta con entusiasmo, se ratificó la animosa sevillana en sus deseos de llevar adelante su acariciado proyecto. Cierto que las embarcaciones en que ella había salido a la mar dos veces en Andalucía, eran mayores, bastante mayores que el Flash; pero ¿y qué? Lo que se perdía en holgura se ganaba en gozar más de cerca los lances del paseo. Conque adelante.

Aquello no fue más que una sospecha fugaz como el relámpago, que apenas nace muere: lo que me produjo más que odio, más que despecho, más que cólera, fue el conocimiento de las ventajas que por momentos ganaba el fatuo Mengis en el corazón de aquella que tan absoluta y súbitamente se había hecho dueña de mi voluntad y de mis sentimientos.

A los dos años vivía en la ciudad como un personaje y afirmaba riendo que «no se dejaría colgar» por ochenta mil duros. Después, siempre hacia arriba, su fortuna llegó a una altura loca. Las gentes, asombradas, se decían al oído con cierto respeto supersticioso los miles de duros que ganaba en limpio al final de cada campaña.

Al cabo de algún tiempo supimos por fin que el nuevo gobierno había reconocido a D. León el grado de alférez y que pasaba a servir al cuerpo de Carabineros. Crean ustedes que padecí un terrible desengaño, y hasta escribí a mi profesor suplicándole que no aceptase; pero mis ruegos fueron desoídos. D. León ganaba once duros más al mes... y tenía cinco hijos. EL SUE

Al fin y al cabo, ¿no era justo que aquellos a quienes sus medios se lo permitían fueran en ayuda de aquel hombre? ¿No había criado una huérfana y no había sido para ella un verdadero padre? Además, habiendo sido despojado de su dinero, no poseía más que lo que ganaba con su trabajo cada semana, y además era una época en que el tejido estaba decayendo, porque se hilaba el lino cada vez menos.

Palabra del Dia

aquietaron

Otros Mirando