Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 25 de julio de 2025
La educación en Inglaterra, y los elogios del capataz, que veía en su hijo una inteligencia casi tan grande como la de su maestro, influían en la muchacha, ingiriendo en su afecto fraternal una gran dosis de admiración. Rafael no se atrevía a hablar al padrino: le tenía miedo. Pero de Fermín lo esperaba todo, y se confiaba a él.
»Micaela S..., buena muchacha, fraternal como un diablo, camarada con exceso; tenía una conversación que indicaba demasiado que era, realmente, una hija de la Naturaleza... »No podía decir tres palabras sin añadir una patochada y soltar una desvergüenza digna de un carretero.
Había ya entre nosotros cierta intimidad fraternal, dulce y respetuosa, que me hacía grata la vida en Villaverde. En ocasiones pensé: ¿si estaré enamorado? No; hasta entonces aquello era una amistad afable, un afecto sencillo que mi tía Pepa fomentaba a todas horas. Una vez la buena señora, se dejó decir: ¡Ay, Rorró! Si alguna vez piensas casarte... busca una mujer como Angelina. Estábamos solos.
Antes de que cumpliera los quince años, don Íñigo la había prometido en casamiento a su primo Lope de Alcántara, con quien le ligaba, fuera de un fraternal afecto, una noble emulación en la fidelidad y el sacrificio. Era el tal Lope un caballero cincuentón de infelice rostro, y sólo adornado de las más severas virtudes.
Resultó de ello que Amaury, criado junto a Magdalena, que era casi de su edad, se había acostumbrado a querer entrañablemente y con amor más que fraternal, a la que le miraba como un hermano. Así, ambos concibieron desde niños, en la sencillez de su alma inocente y en la pureza de su corazón, el proyecto halagador de no separarse nunca.
Yo profesaba a Alejandra un afecto fraternal: la soledad en que se encontraba sumida, su entereza, que la hacía capaz de soportar y vencer las dificultades de la vida, me inclinaron a protegerla, a sostenerla como a una hermana, como a una hija; ¡pero ella me quiso con un afecto más ardiente!
El paso de esta situación fraternal a la de amantes no le parecía al joven Santa Cruz cosa fácil.
No bien quedó Inesita en la soledad, sacó del escondite la carta y leyó lo siguiente: «Mi apreciable señorita y querida amiga: A pesar del respeto con que siempre he tratado a usted, no dejará usted de haber notado el cariño más que fraternal que desde que era usted niña le profeso.
Parecía que hubiese encontrado en las pupilas del español un reflejo de su propio interior. Tuvo el presentimiento Robledo de que se acordaría siempre de esta mirada rápida. Apenas se conocían los dos, y sin embargo hubo en los ojos de este hombre una expresión de abandono fraternal, como si le librase toda su alma durante un segundo.
En cuanto á mí, sumamente irritado contra este insaciable tragador de corazones, me hice un placer en contrariar sus proyectos: más de una vez distraje la atención, que trataba de monopolizar, y me esforcé, sobre todo en aminorar en el corazón de la señorita Helouin aquel amargo sentimiento de abandono y aislamiento, que da en general tanto precio á los consuelos que le son ofrecidos. ¿He ultrapasado alguna vez, en el curso de esta lucha indiscreta, la medida delicada de una protección fraternal?
Palabra del Dia
Otros Mirando