Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 25 de mayo de 2025
A las nueve de la mañana del día siguiente, cuando el capitán se vestía en su camarote para bajar á tierra, Tòni abrió la puerta. Su gesto era fosco y tímido al mismo tiempo, como si fuese á dar una mala noticia. Esa está ahí dijo lacónicamente. Ferragut le miró con expresión interrogante... ¿Quién era «esa»?...
El otro chico, Chomin Zelayeta, era hijo de un tornero y vendedor de poleas del muelle. Chomin se distinguía por su viveza y por su ingenio. El padre era un tipo, hombre enérgico, de carácter fuerte y un poco fosco, que encontraba motivos raros para sus decisiones. ¿Por qué no se casa usted de nuevo, Zelayeta? le dijo alguno. No, no; ¿para qué? Tendría que hacer mayor la casa, y no me conviene.
Los hombres corrían ansiosos tras la carnal limosna; surgían conflictos y peleas, todos se agitaban como locos, y el trasatlántico, fosco y de mal humor, navegaba con el funcionamiento de su vida trastornado, los servicios internos en desorden, deseoso de llegar cuanto antes al final del viaje para sanar de esta enfermedad.
Al cabo apareció. Paco, que venía muy fosco contra él, se quedó pasmado de la afabilidad, llaneza y dulzura de aquel elegante, cuyo igual o parecido no había visto jamás en su lugar; pero cuando subió de punto su pasmo fué cuando, después de referir precipitadamente lo ocurrido, notó el vivo interés y la emoción profunda que agitaban el alma del Conde y que se retrataban en su bello rostro.
Un subteniente de la reserva, con un saco al hombro, llegó acompañado de su padre hasta la fila de policías que cerraba el paso á la muchedumbre. Desnoyers encontró al oficial cierta semejanza con su hijo. El viejo ostentaba en la solapa la cinta verde y negra de 1870: la condecoración evocadora del remordimiento. Era alto, enjuto, y aún pretendía erguirse más poniendo un gesto fosco.
El esqueleto del barco se va cubriendo, la obra marcha; Shempelar, interiormente entusiasmado con su obra, anda muy fosco, riñendo a todo el mundo.
No hay cuidao contestó el bandido brevemente, poniéndose fosco, como si no quisiera admitir indicación alguna sobre sus precauciones. Cogió la cuchara, requirió un gran pedazo de pan y miró a los demás, a impulsos de su cortesía rural, para convencerse de si había llegado el momento de comer. ¡Salú, señores!
Densos nubarrones cubrían el cielo: el horizonte fosco velaba los arreboles de la aurora y el viento contrario traía hacia la costa una neblina fría, envolvente en las escuadras surtas afuera.
Durante la comida buscó Isidro con sus ojos la mirada de Fernando, como un perro humilde que intenta volver a la gracia de su dueño. Pero un sentimiento de dignidad y el egoísmo de no perder sus buenas relaciones con Nélida le mantuvieron en silencio. El otro, por su parte, mostrábase fosco, huyendo su mirada de la de Isidro, pero compadeciéndole interiormente. ¡Pobre muchacho!
La imagen de su familia hambrienta y sin hogar le dió una agresividad colérica. Hasta sintió deseos de acometer á aquella gente sólo por haberle exigido tal monstruosidad. ¿T'en vas? ¿t'en vas? preguntaba Pimentó, cada vez más fosco y amenazante. ¿Te vas? ¿te vas? No, no se iba. Lo dijo con la cabeza, con su sonrisa de desprecio, con una mirada de firmeza y de reto que fijó en todo el corro.
Palabra del Dia
Otros Mirando