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Actualizado: 31 de mayo de 2025


Se propone el argumento de que las cosas incorpóreas no están en ningun lugar: y responde con las siguientes palabras altamente filosóficas: «Las cosas incorpóreas no están en el lugar por el contacto de cantidad dimensiva, sino por el contacto de la actividad, virtutisLuego, explicando cómo lo indivisible puede estar en diferentes lugares dice: «lo indivisible es de dos clases; uno que es término de lo continuo, como el punto en lo permanente y el momento en lo sucesivo.

El comun de los hombres no posee ni la capacidad ni el tiempo que son menester para ventilar las cuestiones filosóficas sobre la existencia de los cuerpos, y decidirlas en pro ó en contra de Berkeley y sus secuaces: lo que necesita es estar enteramente seguro de que los cuerpos existen, de que las sensaciones tienen en realidad un objeto externo.

Con ellas se combinan las de finito, relativo determinado, condicional; y de esta combinacion se pretende que ha de surgir el rayo de luz que disipe las tinieblas de las regiones filosóficas. Este hecho es un esfuerzo del espíritu humano para levantarse del polvo en que le hundiera la impía escuela del pasado siglo.

Son ajenas de este lugar las cuestiones filosóficas sobre la no interrupcion de la conciencia, esto es, si hay algun tiempo en que el alma no piense, y en que no tenga conciencia de propia: muchos filósofos creen que hay en efecto esta interrupcion, para lo cual se apoyan en la experiencia del sueño y de los accidentes de que volvemos sin ningun recuerdo; pero Leibnitz opina que el pensamiento nunca se extingue del todo, que nunca hay una falta absoluta de conciencia, que nuestro pensamiento es una luz que despide á veces muy poco resplandor, pero que nunca se apaga del todo.

Las presenciaba impasible y hasta con cierto respeto como señal de su alta vocación, pues inclinaba su cabeza delante de las ciencias filosóficas y nada en el mundo le causaba tanta admiración como oír a un hombre hablar una hora seguida sin lograr comprender una palabra. Sin embargo, como era la hora del almuerzo y podía hacer daño a su sobrino, trató de calmarle.

En los brutos hay potencia sensitiva é imaginativa, porque estas pueden residir en lo corporeo: no hay ni puede haber la potencia de combinar, y mucho menos la de juzgar de las cosas, porque estas dos son propias del hombre, y no pueden estar en cosa corporea y material, sino en puro espíritu, como pienso demostrarlo por razones filosóficas en la Metafísica.

Uníalo con el viejo militar de Guillermo una viva amistad, cimentada sobre largas charlas filosóficas. A la mañana siguiente, muy temprano, Nébel llamaba al pobre cuarto de aquél. La expresión de su rostro era sobrado explícita. ¿Es ahora? le preguntó el paternal amigo, estrechándole con fuerza la mano. ¡Pst! ¡De todos modos!... repuso el muchacho, mirando a otro lado.

Mandola acostar, y entretanto, pasó el farmacéutico a la sala, haciendo que atendía al juego de las damas. No podía tener tranquilidad mientras Maxi estuviera allí, ni se fiaba de sus apariencias resignadas y filosóficas. Con disimulo, y fingiendo que le hacía cosquillas, por jugar, le tocó los bolsillos, temeroso de que llevara algún arma. Pero nada encontró en su disimulado reconocimiento.

Todos callábamos, y los más fijaban una triste mirada en el sitio donde se suponía que nuestros compañeros abandonados luchaban en aquel instante con la muerte en espantosa agonía. No acabó aquella travesía sin hacer, conforme a mi costumbre, algunas reflexiones, que bien puedo aventurarme a llamar filosóficas.

Pero ¿quién me demuestra la naturalidad espontánea y las honduras filosóficas de las novelas neuróticas, psicológicas, simbólicas y naturalistas que privan hoy? ¿No podrían ser también artificiosas, falsas y no menos llenas de afectación y de amaneramiento, con la pícara circunstancia de poner de mal humor a los lectores y de divertir menos al público del siglo XIX, que Las Sergas de Esplandián o que Tirante el Blanco divirtieron al público del siglo XVI? Al cabo, la burla, la parodia de los libros de caballerías dio motivo y aun se puede decir que inspiró y produjo el más bello y profundo libro de entretenimiento, en prosa, que hasta ahora en el mundo se ha escrito.

Palabra del Dia

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