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Actualizado: 31 de mayo de 2025
Al llegar a París buscó un cuartito amueblado en lo más céntrico; alquiló coche, compró caballo, se hizo socio de dos clubs aristocráticos y comenzó a hacer la vida a que sus convicciones filosóficas le arrastraban.
No por esto condeno todas las reglas; pero sí sostengo que deben darse con mas parsimonia, con ménos pretensiones filosóficas, y sobre todo de una manera sencilla, práctica: al lado de la regla el ejemplo. Un niño pronuncia mal ciertas palabras; para corregirle ¿qué hacen sus padres ó maestros?
El jesuita durmió después de estudiar y de mortificarse, y abandonó de madrugada el lecho. Esto se repetía diariamente, mes tras mes, año tras año. En sus explicaciones filosóficas, Gracián realizaba el prodigio de volver claro lo oscuro y de hacer ver las honduras de aquella ciencia, iluminando la superficie con la luz de un método admirable y de un decir ameno.
Voy a poner por caso la vida de Spinoza. Esto explicará mejor mi idea. Figurémonos que aquel sabio no hubiese escrito sus obras filosóficas; que por cualquier motivo se hubiese llevado al sepulcro el secreto de su admirable, aunque extraviada, aptitud para las más profundas especulaciones metafísicas.
Es indudable que han entrado aquí las ideas filosóficas, ateas y masónicas, según las cuales ya se acabó el honor y la grandeza, lo noble y lo justo, para que no haya más que pillería, liberalismo, libertad de la imprenta, igualdad y demás corruptelas... Lo dicho, dicho.
Por fin lograron que se estuviera quieto, resultado en que no tuvieron poca parte las filosóficas amonestaciones del clerigucho, y las sabias cosas que echó por aquella boca el carnicero, hombre de pocas letras, pero muy buen cristiano. «Tienen razón dijo D. Francisco, agobiado y sin aliento. ¿Qué remedio queda más que conformarse? ¡Conformarse! Es un viaje para el que no se necesitan alforjas.
Estas consideraciones filosóficas que á primera vista nos parecian estar en contradiccion con nuestro juicio, no alteran para nosotros el mundo externo; no causan un trastorno en las ideas que nos formamos de él; solo nos hacen fijar mas la atencion en algunas relaciones que deslindábamos mal; y no nos permiten atribuir á los objetos, mas de lo que tienen en realidad.
Pues así todas las artes, así la contemplación de la naturaleza, la lectura de las obras históricas, y de las filosóficas, siendo puras, podían elevar el alma y ponerla en el diapasón de la santidad al unísono de la virtud. ¿Por qué no? ¡Ah! y después, cuando se llegaba más arriba, a la seguridad de sí mismo, cuando ya no se temía la tentación sino con temor prudente, se encontraban edificantes muchos espectáculos que antes eran peligrosos.
Este ser es una verdad, la verdad misma, la plenitud de verdad; porque es el ser por esencia, la plenitud del ser. Esta unidad de orígen la han reconocido en cierto modo todas las escuelas filosóficas.
Isidora dio otro suspiro. Grandísimo consuelo le infundían las palabras sensatas y filosóficas de aquel bondadoso sujeto, a quien desde entonces tuvo por sacerdote. «¿Es usted....por casualidad sacerdote? le preguntó con timidez. No, señora repuso el otro, escribiendo un poco . Soy seglar. Hace treinta y dos años que trabajo en esta oficina.
Palabra del Dia
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