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Actualizado: 17 de junio de 2025
Un licenciado de presidio se parece en todo a un hombre honrado. Se viste como quiere y ejerce la profesión que se le ha enseñado. Desgraciadamente casi todos han aprendido a robar. ¿Pero habrá buenas gentes entre ellos? No muchas. ¡Figúrese usted, con la educación del presidio! Además, les es bastante difícil ganar su vida honradamente. ¿Por qué?
Figúrese usted, don Luis, que en estos momentos fuese yo poderoso, y por conservar mis intereses engendrase un hijo. ¿No sería un atentado premeditado fríamente contra el porvenir...?
Desengáñese usted, amigo: no hay otro camino más que ése; los medios legales son pamplinas, créame usted. Esta noche se verá; hay la ocasión más propicia ... Figúrese usted que se reúnen todos en un sitio. Sí; se reúnen fatalmente, y no es preciso ir marcando con sangre las casas de cada uno. ¿Quién se reúne? preguntó Lázaro con agitación. ¡Ellos! Los prudentes.
Se queja de su antigua amiga por este acaparamiento, que considera peligroso. Hasta me han dicho que la acusa de coquetear con el pobre muchacho, de excitar su admiración, y de otras cosas peores. ¡Un absurdo, profesor! Las mujeres son terribles en sus odios. Figúrese usted: ese pobre oficial que es casi un muerto... Novoa se mantuvo silencioso para que el pianista no continuara hablando.
Figúrese usted el destrozo que harían esas piezas de 300 disparando sobre la escuadra enemiga dijo Malespina . Pero ¿qué demonios es esto? añadió agarrándose para no rodar por el suelo, pues los balanceos del Rayo eran tales que muy difícilmente podía uno tenerse derecho. El vendaval arrecia y me parece que esta noche no entramos en Cádiz», dijo un oficial retirándose.
Por de pronto le dejé en dudas y no aguardé a más. Pero ¡ay, Leto! cuando salí a la mesa... figúrese usted con qué ánimos saldría y con qué ganas de comer y con qué trazas; pues, por mucho que quise componerme y arreglarme de manera que se borraran las marcas de lo pasado, ¡eran tan hondas!
Anteayer me pasó una esquelita diciéndome que usted quizá me necesitaría para tratar de un asunto de intereses conmigo, y que procurara servirla lo mejor que pudiera y como si se tratara de él mismo. ¡Figúrese usted, señora marquesa, si aunque no sea más que por este solo motivo y sin contar lo que usted por sí propia se merece, estaré yo dispuesto a servirla en cuanto esté al alcance de mis posibles!
Anduvimos una hora al azar, y al fin no tuve más remedio que confesar que me había extraviado, que no sabía dónde estábamos ni qué dirección había que seguir. »Magdalena rompió a llorar. »¡Figúrese usted cómo estaría yo, Antoñita! La tarde declinaba; debía ser ya la hora de comer y los dos empezábamos a sentirnos fatigados bajo el peso de los ramos que agotaban nuestras fuerzas.
¡Señor Máximo! exclamó precipitándose repentinamente para detenerme. ¡Perdóneme! ¡Tenga piedad de mí!... compréndame... ¡Soy tan desgraciada!... ¡Figúrese lo que puede ser el pensamiento de una pobre criatura como yo, á quien se ha tenido la crueldad de darle un corazón, un alma y una inteligencia... y que no puede usar de todo esto sino para sufrir... y para odiar! ¿Cuál es mi vida?... ¿Cuál es mi porvenir?... Mi vida es el sentimiento de mi pobreza, exaltado sin cesar por los refinamientos del lujo, que me rodea... ¡Mi porvenir será sentir, llorar amargamente algún día esta misma vida, esta vida de esclava por odiosa, que ella sea!... Habla usted de mi juventud, de mi ingenio, de mi talento... ¡Ah!
Verá usted cómo se le abre apetito en seguida. Comerá usted todo cuanto quiera, y no le hará daño... Mire usted, yo puedo decirle que soy otra, y no hace más que ocho días que hemos venido... ¡Figúrese que ayer he comido hígado de cerdo y no me ha hecho daño!... Pues esta filleta añadió apuntando a la hermana de los ojos negros. ¡No quiero decirle el color que traía! Parecía talmente ceniza.
Palabra del Dia
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