Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 6 de julio de 2025


En seguida se quedó absorto, con los ojos asombrados y saltones, y los labios fruncidos por una sonrisa diabólica de ángel caído. Tan feo se puso que Carola soltó la carcajada.

El exclamaba al verla, como el pastor Coridón de Virgilio o como el Marramaquiz, de Lope: ¡Pues no soy tan feo! Y, verdaderamente, no era feo don Paco, ni parecía viejo tampoco. A las últimas palabras de Juanita les dio don Paco una interpretación lisonjera, pero acaso más comprometida de lo que él deseaba.

¿Cómo otro? Es decir, ya no lo tengo: lo tenía... Es un primo que está empeñado en que le he de querer a la fuerza... No vaya V. a creer que es feo... al contrario, es guapo... pero a no me gusta... No lo puedo remediar. Le dije que , porque me dio lástima un día que se echó a llorar. Mientras conversábamos de esta suerte íbamos caminando sosegadamente por las calles.

Todo esto lo decía cada vez más acortada, sin dejar caer de los labios una sonrisa inocente y humilde, que agradó a Miguel. Era lo único que podía agradarle: el rostro, sin ser feo, nada tenía que pudiese llamar la atención; además, no lo veía claramente, a causa de la oscuridad en que la sala se hallaba. Cuando dijo las últimas palabras, la niña se retiró precipitadamente.

Estaba indignado, al parecer, y su indignación la comunicaba de grado o por fuerza a los Infanzones. Señores exclamaba ya lo ven ustedes: esta capilla es el lunar, el feo lunar, el borrón diré mejor, de esta joya gótica.

En el centro estaba la Virgen con Santo Domingo, arrodillado; y no tenía más defecto sino que en el sitio donde el pintor había puesto la cabeza del santo, puso la humedad un agujero muy profano y feo.

Poco le faltaba aquella mañana para figurarse que todo Madrid la compadecía, que era el ídolo de multitudes, que se hacía interesantísima, que era un tipo novelesco, y aun que salían por aquí y por allá bravos caballeros dispuestos a hacer cualquier barrabasada por sacarla de aquel mal paso. ¡Pero qué feo, qué desmantelado el cuarto! ¡Qué cama, que muebles, qué desnudas paredes!

Hay que convenir en que todo esto era muy feo y dañaba no poco a la respetabilidad del traspunte; que vuelvo a decir, era sin disputa el alma del teatro.

A no me apura una broma de ese género dije sosegándome y un poco acortado. Pero se trata de una monja, y ya comprenderá usted que los que tenemos creencias no podemos tolerarlo. Sería feo y repugnante hablar de una religiosa como de una mujer cualquiera.

Mi vanidad me engañó y por eso me casé con Beatriz; feo yo y ella hermosa; viejo, y ella joven; pobre, y ella con todos los instintos y las inclinaciones a la elegancia, al lujo y a brillar en el mundo.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando