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Actualizado: 29 de julio de 2025
Pero luego su antiguo valor y esfuerzo, que el regalo y delicias tenian sepultado, con el trabajo y fatiga se restauró, y les hizo dejar las selvas y bosques, y convertir sus armas contra Moros, ocupadas antes en dar muerte á fieras.
Pasaron de nuevo, a lomos de los dañadores, el riachuelo vecino al «Mal Paso». El Chispas y su maestro caminaban ágiles, sin el más leve indicio de fatiga, algo descontentos de su faena. Habían perdido la noche: total, docena y media de conejos.
Aquel animal trabajaba entre tanto a más y mejor. Si faltase él, ¿quién había de encargarse de toda la labor casera? Muy cascado iba estando el señor Rosendo, y la tullida a cada paso se hallaba mejor en su cama, y se extendía entre sábanas más voluptuosamente al ver el ademán de fatiga con que soltaba su marido el cilindro por las noches.
Los dolores son generalmente mas vivos y tirantes con un carácter convulsivo y rigidez. Esta afecta especialmente la médula, está acompañada de estremada laxitud por la tarde, y produce la sensacion de fatiga con rigidez de los músculos de la pierna como despues de una marcha forzada.
Hecho esto, se acostó y durmió con alguna tranquilidad, como quien ha cumplido un deber, y con alguna satisfacción, como quien ha puesto una pica en Flandes. Juana la Larga se llenó de júbilo cuando, a las siete de la mañana, recibió la carta y la deletreó con no poca fatiga, porque, si bien sabía leer, no leía de corrido y le estorbaba lo negro.
Y después de aspirar ese perfume fantástico de un mundo desconocido que su familia parecía traerle entre los pliegues de sus ropas, el pobre muchacho volvía a la cama, para dormir tres horas más y emprender después el camino de la tienda, mientras la mamá y los hermanos roncaban su primer sueño con la fatiga propia de las noches de baile.
Entró don Santos en la tienda, que era como el Magistral se la había representado, y dejándose alumbrar por el sereno atravesó el triste almacén donde retumbaban los pasos como bajo una bóveda, y subió la escalera lentamente, respirando con fatiga. El sereno salió, después de entregar la llave al amo de la casa. Cerró de un golpe y se fue calle arriba. Obscuridad y silencio.
»En resumen: al concluirse aquella batalla, en que gasté las pocas fuerzas que me había dejado la tremenda fatiga de mi casa, me pareció que el bueno de don Santiago Núñez, más que un enemigo, era ya un aliado mío, y que en la dureza de la mujer quedaba una mela por donde, si su hijo sabía golpearla, llegaría hasta el corazón.
Las dos amigas acudieron á la alcoba á dar agua á la enferma. Entonces notaron con pena y sobresalto que la fiebre había crecido. Las palpitaciones del corazón de Doña Blanca eran tan violentas, que se hacían perceptibles al oído. ¿Qué siente V., señora? preguntó Lucía... Una ansiedad... una fatiga... respondió Doña Blanca, el corazón me late con tanta fuerza.
»Contra la costumbre, y turbando la tranquilidad de nuestra pacífica morada, una numerosa y brillante sociedad acababa de llegar a ella. Era un número bastante crecido de jóvenes señores de las cercanías que, reunidos desde por la mañana para una partida de caza, habían querido descansar de su fatiga en el castillo del duque de Arcos, su vecino.
Palabra del Dia
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