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En realidad, si algún dios o mortal pudiese escuchar aquellos bárbaros sonidos, retrocedería horrorizado. Sobre todos flotaba sin cesar uno por demás extraño algo así como all, call, mall. Un filólogo perspicaz, después de estudiar bien aquel sonido, teniendo en cuenta la persistencia de la vocal a y de la consonante ll, acaso deduciría que la palabra expresada por el alcalde era canalla.

Desasosegueme, y acabé al fin por sentir un amor tan extraño, que yo no podía darme cuenta de lo que sentía; y acometiome una dolencia que no entendían los médicos, pero que, harto de prisa iba desmejorándome y acabándome.

No se ha de excusar replicó. Era realmente un hombre extraño y poco me costaría confesar a usted que llegó a serme odioso... Vivía aún cuando me casé; me hizo su heredera a condición de que mi marido y yo viviríamos con él... No es posible imaginar cómo nos hizo insoportable la vida.

La gente abandonaba los balconajes para correr a este último sitio. Cerca del jardín de invierno encontróse con Maud, que marchaba entre los esposos Lowe. Cruzaron un saludo, y Ojeda experimentó instantáneamente una sensación de extrañeza. Mrs. Power parecía otra mujer. Casi sintió deseos de pedirla perdón, como el que se equivoca confundiendo a un extraño con una persona amiga.

Todos ansiaban por pasar y repasar sus ojos por la figura y talle de tan maravilloso cuanto extraño personaje. Los curiosos en las calles se empinaban, y las mujeres y muchachos desde las ventanas y azoteas hilaban de pescuezo y sacaban la cabeza a más poder, para divisar lo más pronto posible el autorizado acompañamiento que debería preceder al habitador de los subterráneos de la Alcazaba.

Las tabletas, cuya mágica composición nunca hemos podido averiguar, tenían un atractivo irresistible, basado, ¡caso extraño! en su extraordinaria dureza. A la edad en que se comían las tabletas de la Morana lo importante no era que los dulces fuesen delicados, sabrosos, exquisitos, sino que durasen mucho.

Körner, Marta, Sebastián y el tío aconsejaron a Emma que cuanto antes se echase al agua. Minghetti vencía. Se buscó una carretela de buenos muelles, se encargó que fuera al paso, y el matrimonio y Eufemia se fueron a la orilla del mar. Emma quería sentir algo extraño con el movimiento del coche; esperaba de aquel viaje imprudente una especie de milagro... natural.

Nada de eso; no exagero exclamó Francisca. Quiero casarme y me casaré añadió con un fruncimiento de cejas que envejeció de un modo extraño su cara, de ordinario tan animada. ¿Y , Paulina? pregunté para evitar otra declaración de principios de Francisca. Yo dijo Paulina ligeramente sorprendida por la pregunta, haré lo que quiera mamá. ¡Dios mío! qué paloma... murmuró Francisca con despecho.

La memoria de Silas no estaba tan dormida, que no fuera capaz de despertar al oír aquellas palabras. Bajo la influencia de un movimiento de arrepentimiento, tan nuevo y extraño para él como lo hubiera sido cualquiera otra cosa en la hora en que acababa de transcurrir, se alzó de su silla y se acercó a Jacobo para ver claramente la expresión de su fisonomía.

A lo largo de la calle, la gente de las ventanas y balcones comenzaba a agitarse con extraño movimiento; los hombres se asomaban cuanto podían, las mujeres se santiguaban y persignaban a escape, levantando los ojos al cielo. Poco después todos los labios proferían una misma exclamación: ¡Los relajados! El espadero tuvo que acercar su boca al oído de Ramiro para decirle: Son los que han de morir.