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Actualizado: 31 de mayo de 2025
Era protegido del obispo Fonseca, encargado por los monarcas de la preparación de expediciones y proveeduría de las nuevas tierras: algo así como ministro de Marina y de Colonias todo a la vez. El Almirante, que conocía las hazañas de este mozo y sus méritos de hombre de espada, se lo llevó en el segundo viaje para las peleas de tierra adentro, pues él sólo era hombre de mar.
Tenía como socio a Capistun el Americano, hombre inteligentísimo, ya de edad, a quien todo el mundo llamaba el americano, aunque se sabía que era gascón. Su mote procedía de haber vivido en América mucho tiempo. Bautista Urbide, antiguo panadero de la tahona de Archipe, formaba muchas veces parte de las expediciones.
Alfonso V de Aragón, el único rey marino de España, empleaba años después el resto de su existencia en expediciones contra Génova. Sus principios eran desgraciados. Ulises se acordó de su padrino Labarta al oír cómo este amigo del pasado hablaba del combate naval de la isla de Ponza. Aún no había llegado á consolarse de una derrota ocurrida en 1435.
Devoró la injuria Pilar, como devoraría en tales circunstancias otra más fuerte aún, y sólo pensó en el elegante viaje que con tanto lucimiento coronaba sus expediciones veraniegas.
Tres expediciones, salidas de los puertos de Francia y España, bajo los inmediatos auspicios de Luis XV y de Felipe V, se dirigieron al ecuador y al polo, para medir y comparar los arcos del meridiano.
Pero nadie osó realizar los proyectos de cencerrada y otras bromas molestas con que algunos intentaron obsequiarles. Merecían respeto: eran los industriales más importantes del barrio, y habían hecho bien uniéndose en una sola razón social. Maltrana y el señor Manolo, en fuerza de oír hablar al Mosco de sus expediciones nocturnas, sintieron el deseo de asistir a una de ellas. Una nada más, ¿eh?
Los habitantes de Tenerife la veían claramente en ciertas épocas del año y se presentaban a las autoridades cientos de testigos declarando su configuración: dos grandes montañas con un valle verde en el centro. América estaba descubierta por entero dijo Ojeda cuando todavía enviaban los vecinos de Tenerife expediciones a su costa, por estas aguas, en busca de la famosa tierra de San Borombón.
Una de estas expediciones salió del Rio Negro en el verano de 1794, á las órdenes del capitan de fragata D. Juan Gutierrez de la Concha, que, despues de haber acompañado al ilustre y desgraciado Malespina, se detuvo en Montevideo para hacer un mas prolijo reconocimiento de los puertos de la costa patagónica: la otra fué encomendada á D. José de la Peña, el piloto el mas experto en la hidrografia de aquel litoral.
Ya no fueron los estrechos canales guarida para el pirata en caso de peligro, ni el río desconocido refugio seguro como antes ocurriera; á los mayores elementos acompañaron hombres de mayor bravura y heroismo; expediciones de miles de piratas y numerosas embarcaciones de gran porte son destruídas por uno sólo de estos pequeños barcos, cuya dotación no excedía de 40 hombres; pero el desastre no arredra á aquellos fanáticos, y á una escuadrilla reemplaza otra, ganosos de renovar sus pasadas correrías, que tan fructíferas les fueran.
Y aunque sobre descubrir esta Gran Quivira, no se han impendido gastos algunos, pero sí se han erogado muchos sobre el Dorado, sin que se haya conseguido otro favorable efecto, que el que han tenido las expediciones del Gran Paytití.
Palabra del Dia
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