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Actualizado: 31 de mayo de 2025


En expediciones militares, cuando á la tripulación ordinaria de las naos se agregaban compañías de guerra, se concedía únicamente á los capitanes derecho á participar de la cámara de popa y por ello empezaron á construirse los cadalechos ó literas, adosando al costado con carácter provisional, bastidores de lona.

A causa de esto, en una de las arribadas á Marsella manifestó á las autoridades marítimas su firme voluntad de no navegar más de tal modo. Tenía bastante con cuatro expediciones.

Tal vez era fábula cuanto había oído contar a los letrados de la primera expedición mística al Fusang de los discípulos de Fo en busca de un elixir que los hiciese inmortales. Tal vez eran fábulas también otras expediciones ulteriores.

Hubo muchas expediciones, unas pagadas por los regidores de la isla, otras de particulares, pero todas sin éxito; y la gente, cada vez más convencida de la existencia de San Borombón, achacaba estos fracasos a la impericia de los expedicionarios antes que renunciar al encanto de lo maravilloso.

Así fue dijo Maltrana . En todas las historias de la conquista se habla de expediciones de españoles que descubrieron compatriotas procedentes de una expedición anterior, los cuales llevaban varios años viviendo entre los indios.

Otros niegan que fuese fraile, y dicen que la pobreza le hizo refugiarse en el monasterio de Santo Domingo, como un parásito, viviendo de la sopa de la comunidad... El hambre fue el único miedo del héroe. Le habían predicho que moriría de inanición, y en sus expediciones cuidaba siempre de llevar alimentos en los bolsillos.

Este fervor, y los proyectos de expediciones que le fueron consiguientes, empezaron con el siglo XVII, y continuaron hasta el año de 1781, en que la Corte de España encargó al Gobierno de Chile de tomar en consideracion las propuestas del capitan D. Manuel Josef de Orejuela, que solicitaba auxilios de tropa y dinero para emprender la conquista de los Césares.

II, cap. Es de observar cómo en las expediciones y armadas del siglo XVI, lo mismo en África que en América ú Oceanía, cualquiera que fueran el objeto, el término y las dificultades, iban mujeres españolas decididas á compartir los trabajos del soldado, sin aspiración á la gloria que pudiera caberle.

Ya leyendo, ya de tertulia ó de paseo con el P. Jacinto, ya de expediciones campestres y venatorias con el mismo padre y con el iluminado y ameno tío Gorico, el tiempo se deslizaba del modo más grato.

Salían a descubrir pequeñas flotas autorizadas por los reyes, pero eran más las expediciones clandestinas, muchas de las cuales quedaron en el misterio. Estas expediciones secretas, costeadas por los mercaderes de Sevilla y Cádiz, iban dirigidas por compañeros del Almirante conocedores de la ruta de las Indias o por marinos improvisados.

Palabra del Dia

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